Los encapuchados hicieron pintas en Rectoría y trataron de romper vidrios con martillos, incluso de prender fuego. Tampoco dejan acercarse a los medios
Pocas personas en Lugo saben que durante casi medio siglo la ciudad albergó un reformatorio femenino en el que se encerraba a mujeres consideradas "caídas" o "descarriadas".