Precisaron que ello representa el 80 por ciento del total de negocios existentes en los mercados públicos de la CDMX quienes no han podido abrir por ser considerados giros no esenciales mientras que el 20 por ciento restante está sobreviviendo con una baja en ventas superior al 70 por ciento y bajo la amenaza, por parte de verificadores y/o inspectores, de cerrarles el local por alguna infracción que ellos consideren.