Se trata de un proceso de redescubrimiento, dado que el santuario subterráneo fue descubierto en los años 60, pero en aquél momento se decidió sellarla
Mae Bua Chaicheun es la propietaria de un terreno que colinda con la cueva donde los niños quedaron atrapados después de una intensa lluvia. Para bombear el agua de la cueva, ella prestó sus tierras pese a que su cosecha se vería arruinada.