Su expansión se vincula con el auge de la cultura pop, la apertura de plataformas digitales y la organización de eventos especializados en distintas ciudades del país.
La cita es clara: Plaza de la Constitución #1, Centro Histórico, frente al Zócalo. Ahí, mujeres que tejen, curan, cantan, cultivan y defienden su lengua, pondrán sobre la mesa lo que el aparato cultural de la ciudad parece no entender: no se trata de “un favor” ni de un “cupito” si sobra.