CIUDAD DE MÉXICO.- En marzo, de 2025, la balanza comercial registró un superávit de 3,442 millones de dólares, en contraste con el superávit de 2,212 millones de dólares observado en febrero. El aumento del saldo entre febrero y marzo se dio debido a una ampliación del superávit en la balanza de productos no petroleros, así como a una reducción en el déficit de la balanza de productos petroleros. En consecuencia, el saldo comercial acumulado durante el primer semestre del año mostró un superávit de 1,097 millones de dólares.
Las exportaciones totales experimentaron un aumento del 9.6% interanual en marzo, frente a la disminución del 2.9% registrada en febrero. Este incremento fue impulsado por el aumento de las exportaciones no petroleras y petroleras. Las exportaciones no petroleras, que representan cerca del 96% del total, aumentaron en 9.7%.
De las exportaciones no petroleras, el 85% tuvo como destino Estados Unidos, consolidándose este país como el principal socio comercial de México. Es importante destacar que, durante el primer trimestre del año se observó una contracción de las exportaciones automotrices a Estados Unidos y el resto del mundo. Por su parte, las exportaciones petroleras, que constituyen aproximadamente el 4% del total, aumentaron 7.1% en marzo, reflejando un incremento del volumen de crudo exportado que fue parcialmente contrarrestado por una caída en el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación respecto al año anterior.
En cuanto a las importaciones, estas incrementaron 7.1%, después de la caída del 8.3% registrado en el mes previo. Las importaciones de bienes intermedios incrementaron 9.7%, mientras que las de bienes de capital disminuyeron 1.3% y las de bienes de consumo 1.2%.
Se prevé que la balanza comercial enfrente un panorama incierto en el corto plazo, debido a la implementación de aranceles por parte de Estados Unidos. Aunque la definición de aranceles pendientes sobre autopartes para el próximo 3 de mayo y la negociación de acuerdos bilaterales en sectores estratégicos como autos, acero y aluminio podrían mitigar parte del impacto negativo y abrir espacio para un panorama más favorable en el corto plazo. Sin embargo, este panorama advierte cautela y podría generar un enfriamiento en la dinámica de las exportaciones, especialmente en el sector automotriz. A su vez, factores como las fluctuaciones en los precios del petróleo podrían presionar negativamente al sector externo.
En el frente interno, el gobierno ha intensificado medidas para reducir la dependencia de las importaciones buscando incentivar la producción nacional. Asimismo, el debilitamiento de la actividad económica interna podría repercutir en la demanda de bienes importados, mientras que la volatilidad cambiaria representa un riesgo adicional para el comercio exterior, afectando de forma asimétrica a exportadores e importadores.
AM.MX/fm