jueves, marzo 28, 2024

Sucedió hace 55 años: el movimiento médico

José Antonio Aspiros Villagómez

Faltaban cinco días para que Adolfo López Mateos entregara la Presidencia de México a Gustavo Díaz Ordaz (y diez para la graduación de este tecleador, aunque ya reporteaba), cuando dio inicio en México un movimiento de médicos residentes e internos que duró hasta el año siguiente y no tuvo una solución fácil ni total.

El 26 de noviembre de 1964 esos médicos se declararon en paro en el hospital ‘20 de Noviembre’ del ISSSTE como protesta por la pérdida de su aguinaldo y, ante la falta de respuesta, las demandas se multiplicaron y los apoyos a su causa crecieron también.

En el gobierno de Díaz Ordaz hubo dos nuevos paros, acompañados de amenazas de despido, encarcelamientos y ataques por parte de los grupos de choque de la federación de sindicatos de burócratas (FSTSE).

Ese movimiento figura entre los varios que hubo en los años 50 y 60 del siglo XX con reivindicaciones laborales y sociales frente al autoritarismo del poder público, y la historia completa está narrada en el libro La democracia en blanco: El movimiento médico en México, 1964-1965, de Ricardo Pozas Horcasitas (Siglo XXI Editores, 1993), y en el ensayo de varios autores Perspectiva histórica y social del movimiento médico de 1964-1965 en México, en la Revista Médica del IMSS.

Como reportero de la Agencia Mexicana de Servicios Informativos (AMSI), este tecleador cubrió las conferencias de prensa, las marchas y demás actividades de los médicos paristas. Esas notas informativas ya no existen (eran dictadas por teléfono), pero sí un texto escrito para el semanario Mundo Mejor que nos solicitó su director, el profesor Alejandro Avilés, que aquí se reproduce para rescatar uno de los episodios ocurridos. Ocupó el encabezado principal de portada el 30 de mayo de 1965:

“Si las autoridades tienen la razón, ¿por qué no aceptan un debate público donde el juez sea el pueblo?

         “Con esta y otras importantes interrogativas, el conflicto de los 5,400 becarios del país entró en un receso después de la viril manifestación que realizaron a un mes de su tercer paro total -el 20 de mayo- por las principales avenidas de la capital azteca.

         “Apoyados por quienes conocen a fondo la situación y repudiados por los burócratas que maneja la FSTSE y otros líderes “instrumentos de las autoridades”; los becarios, los alumnos de medicina de la Universidad y el Politécnico y miembros de la Alianza de Médicos Mexicanos se lanzaron por las avenidas Juárez, Francisco I. Madero y Plaza de la Constitución para hacer públicas sus razones al mantener el paro de labores. En sus volantes explicaban que la prensa, la radio y la televisión les han cerrado sus puertas y que en cambio han publicado anónimos e informaciones que se suponen imparciales, en las que los han calificado de rebeldes, intransigentes y otras cosas.

         “Asimismo, la Asociación Mexicana de Médicos Residentes e Internos (AMMRIAC) se pregunta:

         “¿Quién gasta millones de pesos en desplegados anónimos o firmados con nombres falsos, que callan la verdad y difaman al médico?

         “¿A qué se debe que todos los desplegados de las sociedades médicas del Seguro Social son iguales y del mismo día? ¿Será telepatía?

         “¿Por qué será que los rollos de película de Telesistema Mexicano, en que se aclara la verdad del movimiento, se encuentran almacenados?

         “¿Por qué los líderes venidos (sic, tal vez por “vendidos”) organizan manifestaciones en contra del movimiento obligando a los trabajadores a asistir con engaños y amenazas?

         “Así las cosas, durante el desfile de los médicos hubo provocadores quizá pagados, y uno de ellos les gritó: “¡Médicos asesinos! ¡Mi mujer se murió por culpa de ustedes!”

         “La respuesta fue ingeniosa y categórica: -“¡Ora, autoviudo, ya cállate!”.

         “Hubo momentos en que la caravana parecía fúnebre, o victoriosa, o una marcha segura como ejemplo vivo de quienes saben lo que les corresponde y lo que deben exigir.

NI UN PASO ATRÁS

         “Respecto a la actitud de la prensa, tendiente a desvirtuar los hechos, ocultándolos o enfocándolos parcialmente, la comisión de prensa de la AMMRIAC declaró, el día de la manifestación, que “a pesar de existir periodistas honrados que se apegan a la verdad, ésta no se publica, por orden de las autoridades”.

         “La situación, en los últimos días, presenta un panorama interesante, pues pone en evidencia que ni todos los ostentosos recursos oficiales ni las amenazas han podido hacer que los becarios den un paso atrás en sus anhelos, por más que los tilden de incumplidos, asesinos y antipatriotas. Los argumentos esgrimidos para “asustar” a residentes e internos son estos:

         “-Los médicos de base del Seguro Social pertenecen simultáneamente a la Alianza de Médicos Mexicanos y al Sindicato del IMSS, cuyos líderes pretenden aplicarles la cláusula de exclusión si no renuncian a la primera.

         “-Las autoridades del propio IMSS quieren acabar con la carrera hospitalaria en sus nosocomios.

         “En el ISSSTE, la Secretaría de Salubridad, el Departamento del D. F. y el Seguro Social, han levantado “actas por ausencia” a los becarios y aseguran que hay otros médicos que hasta se pelean por ocupar sus puestos (con sueldos que van de 700 a 3 mil pesos y jornadas de 33 horas continuas de trabajo por 15 de descanso).

VERDAD A MEDIAS

         “Las dependencias oficiales también han informado que sus becarios ya reanudaron las labores en la mayoría de los hospitales pero, aunque es cierto, lo es a medias pues la gran mayoría de galenos se viven en asambleas informativas, búsqueda de pláticas con los directores y secretarios de Estado y otras actividades encaminadas a la solución del conflicto.

         “En los principales centros hospitalarios, las residencias han sido desalojadas por órdenes superiores, les niegan a los médicos sus alimentos, servicios de lavandería, de sanitarios y otras cosas. Se ha acudido también al empleo de esquiroles, de cien o ciento cincuenta pesos la hora.

         “Sin embargo, los médicos de base, miembros de la Alianza de Médicos Mexicanos, trabajan día y noche para suplir a sus colegas y todos sus ingresos por suplencias los destinan a gastos de la AMMRIAC.

         “En el momento de cerrar esta edición, se había anunciado una nueva manifestación para el 26 de mayo, con características superiores a las de la anterior. Actos similares deberían realizarse en todo el país, con la participación de médicos de base, residentes, internos, estudiantes y enfermeras. También existía la determinación por parte de los adscritos de renunciar en masa y abandonar sus labores cuando fueran físicamente suplidos. Las facultades de medicina y escuelas de medicina rural del Politécnico, realizarán huelgas académicas al terminar las vacaciones y, por su parte, los sindicatos señalaron que continuarán suspendiendo las labores de sus agremiados para organizar mítines contra la lucha de los médicos.

         “La situación es grave. Ojalá que el presidente de la República reciba a los médicos como se lo han pedido, y dé instrucciones precisas para que se llegue a un razonable arreglo.”

(Fin de la transcripción del impreso guardado en el volumen Periodismo disperso 1960-2003 del mismo autor. Imagen adjunta).

Post scriptum: Adelantamos aquí el relato de un suceso que dio inicio en noviembre y no en enero de hace 55 años, en atención a una distinguida lectora que, cuando avisamos que terminaba la serie “sucedió hace… años”, nos escribió: “¿Por qué última? Tus lectores reclamamos que sigas…”.

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