CIUDAD DE MÉXICO.- Las empresas mexicanas quieren innovar, pero no todas lo logran. Mientras el mundo acelera, gracias a la inteligencia artificial (IA), México sigue “avanzando” con el freno de mano puesto. Sin ir más lejos y según el Índice de Madurez Digital 2025, apenas 1% de las compañías ha alcanzado madurez tecnológica y solo 41.7% tiene avances en transformación digital.
Lo anterior sucede debido a una brecha estructural que impide aterrizar la tecnología al negocio. “Madurar en IA no se trata de subirse a la tendencia, sino de tener claro para qué la necesitas y cómo puede resolver un problema concreto”, explica Ricardo Rebolledo, director en México de la empresa habilitadora de ecosistemas digitales AI-Native, que ayuda a las empresas a acelerar su hoja de ruta de innovación.
Desde su perspectiva, estas son algunas de las grandes barreras que detienen el potencial de las empresas:
⦁ Sistemas legacy: la trampa silenciosa del crecimiento
Muchas compañías siguen operando con arquitecturas tecnológicas obsoletas, difíciles de integrar y costosas de mantener. “El problema no es solo técnico, también es estratégico; ya que tratamos de competir en el mercado actual con herramientas del pasado y eso resta velocidad, agilidad y eficiencia”, dice Rebolledo.
Para el especialista, es posible modernizar de forma paulatina. Esto logra reducciones de entre 20% y 30% en costos operativos y aumenta su time-to-market sin sacrificar estabilidad.
⦁ Brecha de conocimiento y habilidades digitales
El problema no siempre es la falta de talento, sino de dirección. Muchas empresas ya cuentan con personas que podrían liderar la transformación, pero no tienen las herramientas. “Se trata de activar el potencial interno con formación adecuada, liderazgo y una visión que conecte la tecnología con la organización”, señala Ricardo.
¿Cómo podemos capitalizar el potencial empresarial?
Según el director en México de la compañía, para capitalizar el potencial de las empresas, la tecnología debe dejar de ser un accesorio y ser eje operativo.
Esto implica modernizar sistemas de forma progresiva y sin frenar la operación; capacitar a los equipos en tecnologías como IA, cloud y automatización; diseñar experiencias centradas en el usuario que sean medibles y escalables; e implementar células de innovación que ejecuten con rapidez, aprendan en ciclos cortos y aceleren la adopción tecnológica de forma efectiva.
“La madurez tecnológica es un proceso en evolución. Hoy, el 99 % de las empresas mexicanas aún no da el paso, pero eso está por cambiar”, concluye Rebolledo.
AM.MX/fm