CIUDAD DE MÉXICO.- En México existen 428 centros penitenciarios, de los cuales únicamente 10 son exclusivos para mujeres; los restantes deberían acondicionar, por ley, un espacio físico para albergarlas, aunque las políticas y procedimientos estén formulados para la población varonil. Hasta 2017, existían 13,448 mujeres en prisión, esta cifra representa tan solo el 5% de la población penitenciaria, de acuerdo con el Senado de la República.
Pese a que parezca que el porcentaje de mujeres en conflicto con la ley no es significativo, garantizar su seguridad es importante; sin embargo, esto no ha ocurrido. La mayoría de las internas han tenido defensas negligentes, han sufrido tortura y están abandonadas por sus familiares; además muchas de ellas fueron detenidas por delitos menores llevando procesos irregulares que las mantienen en la cárcel durante varios años sin recibir sentencia. Estos problemas se correlacionan con el nivel socioeconómico y la deficiencia en los procedimientos legales de México.
Recientemente ocurrió un caso en nuestro país, el 21 de agosto del 2018 una mujer, cuya identidad se reserva, fue detenida en cumplimiento de una orden de aprehensión y se le remitió a la cárcel distrital de Calera, Zacatecas, en la cual pasó 29 días, fue abusada sexualmente por un custodio y cuando finalizó su audiencia pública tras conocer lo ocurrido, fue trasladada al penal femenil de Cienaguillas.
Todo lo antes mencionado contradice las leyes de protección a los derechos humanos establecidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en las que se indica que estos recintos deben contar con espacios exclusivos para mujeres e instalaciones especiales para el tratamiento de las embarazadas, de las que acaban de dar a luz y de las convalecientes por cualquier enfermedad.
“En el marco del Día Internacional de la Mujer, conmemorado el 8 de marzo, no perdamos de vista que la desigualdad de género impera aún más entre los grupos vulnerables y el de mujeres en internamiento es de los más abandonados, en este contexto, debemos erradicarla como parte de la lucha por sus derechos. Encontrarse en prisión marca de manera negativa la vida de cualquier persona porque es un ambiente hostil y de sometimiento que favorece el abuso contra aquellos que tienen una posición económica, social, educativa y física más débil.” Dijo Jimena Cándano, Directora de Fundación Reintegra.
Es importante recordar que el 8 de marzo se conmemora el día de la mujer, esto significa que es un día para dar visibilidad a lo que se ha logrado, pero sobre todo a lo que falta por lograr, no es una efeméride para felicitarlas. Hemos avanzado mucho pero aún nos falta un gran tramo por recorrer para lograr una verdadera equidad.
La situación de las mujeres en reclusión sigue siendo invisible, provocando además una doble ruptura en sus vidas: la de las normas fácticas e institucionales y la simbólica que atenta con su deber moral asignado por el género que les corresponde. Fundación Reintegra refrenda su compromiso para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de quienes, independiente de sus circunstancias, estén en conflicto con la ley.
AM.MX/fm