José SÁNCHEZ LÓPEZ
EN 1938, durante el mandato del general LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO, nació el Servicio Secreto.
Durante 38 años fue considerada como una de las mejores policías investigadoras del mundo.
Agentes de diversos países venían a perfeccionarse a México, donde investigadores de la talla de VALENTE QUINTANA, MANUEL MENDOZA DOMÍNGUEZ y RAFAEL ROCHA CORDERO, el último de sus directores, daban cátedra de cómo investigar.
Prevalecía el dogma policíaco: “primero se investiga y luego se detiene”.
Esa regla no escrita, siguió vigente, aun con la desaparición del SS y la creación de la tenebrosa División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), bajo el mando de FRANCISCO SAHAGÚN BACA, tío de MARTHA SAHAGÚN.
Investigar para detener y no detener para investigar siguió siendo la premisa, pero 14 años después la norma cambió diametralmente.
Primero detenemos y después investigamos.
En 1996, la 56 Legislatura, bajo el argumento de poder combatir el crimen, aprobó la figura del arraigo que señalaba que un sospechoso podía estar arraigado hasta por un tiempo “prudente” de ¡90 días!
Las autoridades nunca admitieron que fuera una detención, sino un arraigo.
¿Se imagina estar durante tres meses en una casa de seguridad, en un hotel, en una casucha clandestina, a merced de unos educados y amables agentes, cuya misión era reunir evidencias para inculparlo?
Obviamente, se abusó del arraigo, por lo que en la 61 Legislatura se dispuso eliminar dicha figura, pero sólo se consiguió disminuir el tiempo del secuestro policíaco, disfrazado de arraigo, a 40 días.
Por 22 años prevaleció dicha figura, de tal manera que la PGR tuvo que inventarse su “arraigómetro”.
Ahora, a 22 años de tan oprobiosa figura, la Cámara de Diputados aprobó suprimirla, en respuesta a las observaciones del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.
Se trata, según legisladores, de cerrar el paso a torturas, detenciones arbitrarias y hasta desapariciones, que se dieron a la sombra del arraigo.
Con ello, la Procuraduría General de la República y todas las demás, tendrán que hacer mejor su trabajo de persecución de los delitos mediante métodos científicos, tecnológicos y convincentes, pero sobre todo, tendrán que ser más inteligentes que los pillos.
¿Lo lograrán?
Bien por la Cámara Baja, pero mal por la Cámara de Senadores, que cerrará su periodo de sesiones dejando muchos pendientes.
La creación de una Fiscalía General autónoma e independiente, la ratificación de 18 magistrados anticorrupción, la designación del Fiscal Anticorrupción y la eliminación del fuero, son algunos de los pendientes. La desaparición del fuero, incluido el del presidente de la República, fue aprobada de manera unánime por los diputados. Se esperaba que fuera igual en la de senadores.
Pero el senador EMILIO GAMBOA PATRÓN atajó la iniciativa.
Argumentó que ministros de la Corte, académicos de gran prestigio y abogados constitucionalistas, le expusieron su enorme inquietud sobre lo aprobado por los diputados y le manifestaron su preocupación por las implicaciones jurídicas y políticas de eliminar el fuero.
Eso sí, elogió el trabajo de los diputados, “pero tenemos que analizarlo con mucho cuidado y, si hay cualquier cambio, una coma, tiene que regresar a la Cámara de Diputados para que sea revisado, discutido y aprobado o rechazado”.
El mismo GAMBOA PATRÓN, ha quedado en entredicho por actos no muy claros, como cuando se le relacionó con MARCELA BODENSTEDT PERLICK, ex agente de la desaparecida Policía Judicial Federal, acusada de “lavar” dinero del entonces jefe del Cártel del Golfo, JUAN GARCÍA ABREGO.
O cuando se le vinculó a KAMEL NACIF BORGE, “El Rey de la Mezclilla”, amigo de JEAN SUCCAR KURI, repudiado pederasta o cuando la fiscal suiza CARLA DEL PONTE lo involucró, junto con otros empresarios, en actividades presuntamente relacionadas con delitos contra la salud.
¿No le quedará claro a este señor, que quien está harto de los abusos, atropellos y delitos que comete la clase política y algunos servidores públicos, al cobijo del fuero, es precisamente el pueblo?***EL FUERO ES UNA GARANTÍA PARA LA EXPRESIÒN, NO UN PRIVILEGIO PARA DELINQUIR.***AU REVOIR.