José SÁNCHEZ LÓPEZ
RESULTA incomprensible la postura de ROBERTO BORGE ANGULO, al tratar de impedir, a toda costa, ser repatriado a México, donde los delitos de los que se le acusa no son graves y, por ende, podría quedar en libertad condicional y no pisar la cárcel mientras se desahoga su proceso.
Al ex gobernador de Quintana Roo se la acusa de operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero), aprovechamiento ilícito del poder, peculado y desempeño irregular de la función pública. De acuerdo al Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, ninguno de esos delitos es grave, por lo que bastarían los afanes de un abogado regular, ya no brillante, para que en cuanto llegara a nuestro país obtuviera su libertad bajo fianza.
Se dice también que posee una fortuna generacional, es decir que ni en toda su vida podría acabarse los miles de millones de pesos que le birló a los quintanarroenses, por lo que tiene el poder económico suficiente para corromper no sólo a sus captores y carceleros, sino al mismo aparato de justicia mexicano.
¿Se lo imagina en un reclusorio de los de aquí, donde dicen que no hay privilegios y ante un juez de esos que aseguran que no se venden?
Ahora bien, el litigante panameño SIDNEY SITTÓN, uno más de la batería de abogados (de los que cobran en dólares), que defienden a BORGE en Panamá, recién acaba de denunciar las condiciones “infrahumanas” en las que, afirma, se halla su cliente en la prisión de la sede de la Policía Nacional de Panamá.
Según SIDNEY, su defendido está en una jaula de 3 metros de largo, 2 de ancho y 1.80 de altura, esposado de manos y pies. Sin baño para hacer sus necesidades y su único mobiliario es una colchoneta en la que duerme en el suelo.
Se le vigila las 24 horas del día mediante una cámara de video y audio que capta sus conversaciones con su equipo legal, “lo que es una violación al debido proceso legal y al derecho a la defensa”, advirtió.
“En esa celda clandestina de la policía no hay supervisión del Sistema Penitenciario Nacional, es como si se estuviese viendo una guacamaya cautiva en algún zoológico”, dice el abogado SIDNEY.
Esta situación rebasa todos los límites de los estándares internacionales de protección a los derechos humanos, asegura, por lo que ya plantearon su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington.
BORGE fue detenido en Panamá el 4 de junio, cuando se disponía a abordar un vuelo con destino a Francia.
Fue llevado a un punto migratorio y el 9 de junio se le trasladó al penal El Renacer.
Sus abogados pidieron se le juzgara en libertad, pero la intervención del fiscal panameño, JOSÉ CANDANEDO lo evitó, al poner de relevancia su poder económico y el riesgo de evadirse.
El 15 de septiembre Panamá autorizó su extradición.
Entre junio y septiembre, BORGE fingió enfermedades, arguyó malos tratos, presentó recursos de habeas corpus (amparos) y recurrió a toda clase de artimañas para no ser repatriado.
El 21 de septiembre, fue presentado en audiencia, pero ya no regresó a su celda de la prisión El Renacer, donde hasta celular tenía, sino fue llevado a la prisión de la Policía Nacional de Panamá.
Nuevamente intervino el fiscal panameño CANDANEDO, que advirtió que BORGE ya tenía planeada su fuga y se le sometió a estrecha vigilancia.
A su llegada, se puso en huelga de hambre, pero la publicitada huelga sólo fue otra de sus estratagemas que no le resultó y ahora sólo está a la espera de que se dirima la apelación que interpuso contra su extradición a México.
Sobre los señalamientos del abogado SITTÓN, la Policía de Panamá no ha hecho pronunciamiento alguno, bajo el argumento de que no está autorizada para dar información de los presos que ahí se encuentran.
Ante esos panoramas tan opuestos ¿no es absurdo que BORGE prefiera seguir siendo tratado como un animal, a ser traído a México, donde hay expectativas de que no sólo dejaría de ser maltratado, sino de estar libre mientras se le juzga y, con suerte, hasta resulta inocente, lo que en este país no sería raro?
A menos que tema por su integridad a su regreso a México y por ello, se aferre a no ser repatriado, vaya usted a saber.***EL COLMO DE LA INFELICIDAD, ES TEMER ALGO…CUANDO YA NADA SE ESPERA.***AU REVOIR.
joebotlle@gmail.com