***¿Y qué tal si mandamos al jefe Pablo, desarmado, a cubrir manifestaciones?
José SÁNCHEZ LÓPEZ
LA imagen que tiene la ciudadanía del policía es negativa. Lejos de que el ciudadano se sienta seguro, protegido, se siente amenazado. Sabe que lo más seguro es que salga perjudicado.
Y la condena es generalizada.
Pero no es así, debe acotarse que hay muchas y honrosas excepciones, en las que elementos honestos, íntegros, están dispuestos a servir, incluso a costa de su vida.
Y cuando eso ocurre, aquellos que criticaron, acusaron, ofendieron o incluso agredieron, guardan ominoso silencio.
Para eso les pagan, arguyen.
Y eso viene a cuento por la recientes hechos del pasado jueves 2 de octubre en los que 94 policías resultaron heridos, seis de ellos de gravedad y una veintena de civiles lesionados, además de que se dieron saqueos y robos cometidos por vándalos del llamado “bloque Negro”.
Sujetos que desde la cobarde valentía del anonimato colectivo, agreden y atacan con el rostro cubierto, sabedores de la impunidad que llega a darle el mismo gobierno, porque es un rumor a gritos que se trata de grupos de choque contratados por las mismas autoridades, según sus intereses.
De ahí su manera descarada de actuar.
En el caso que nos ocupa, la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México, a cargo de PABLO VÁZQUEZ CAMACHO, dispuso enviar a 500 elementos, desarmados, solamente con escudos, para vigilar la marcha en la que participaron no menos de 10 mil personas.
Al intervenir el llamado Bloque Negro la situación se salió de control y tuvieron que ser enviados mil policías más, pero siempre con la orden de “aguantar”, de no responder a las agresiones, de no caer en provocaciones.
No importó que esa provocaciones fueran no sólo insultos, sino arteras y cobardes agresiones con palos, tubos, bombas molotov y armas punzocortantes. Cerca de un centenar de uniformados fueron heridos, pero “aguantaron”.
PABLO, el jefe policíaco, que nunca estuvo al frente de sus hombres y CLARA BRUGADA, jefa de gobierno, que tampoco estuvo en el lugar, felicitaron a los guardianes.
“Tenemos a los mejores policías que actuaron con firmeza y no cayeron en provocaciones. Tienen nuestro respaldo y apoyo”, dijeron.
¿Y ya?
Resultaría curioso que al menos PABLO, que se atreve a lucir el uniforme policíaco y por lo mismo está obligado a dar el ejemplo ¿cómo hubiera reaccionado de haber sido él el agredido Seguramente su postura hubiera sido otra, pero en fin.
Es fácil dar órdenes absurdas detrás del escritorio o rodeado de guaruras.
Por cierto ¿sabe usted cuánto gana un policía? ¿De esos que mandaron a la marcha?
Nueve mil seiscientos pesos al mes.
Insuficientes, desde luego, para que un servidor público pueda subsistir dignamente.
Pero a eso, agréguele que su salario no es solamente para él, pues de ahí tienen que sacar para cumplir con las exigencias de sus superiores.
En la policía sigue imperando el negado “entre policiaco”, que consiste en que el policía de a pie, debe entregar equis cantidad a sus superiores para que pueda trabajar.
Es como en la cárcel, Todo cuesta.
Uniformes de la talla correcta, botas, pistola, balas, y si es patrulla, la cuota aumenta, además de que los tripulantes tienen que correr con gastos de gasolina, refacciones y todo lo relacionado con el mantenimiento de la unidad.
¿Qué dan vales para gasolina? Sí, pero para obtenerlos también hay que “entrarle”.
Un crucero productivo también cuesta.
Evitar malos tratos, arrestos injustificados, tareas humillantes, acoso, permisos, vacaciones, también tiene un costo.
Lógicamente, los mandos lo niegan, pero todos saben que así es.
¿Y qué es lo que tiene que hacer la tropa para satisfacer las exigencias de sus superiores, que como en una pirámide llega hasta los niveles más altos?
Pues salir a delinquir, a robar, a extorsionar a la ciudadanía.
De otra manera, son arrestados, enviados a las lumbreras, a las caballerizas de la montada, a Granaderos, aunque digan que ya no los hay, con la consigna de que les carguen la mano hasta que se sometan.
Los casos de acoso al personal femenil menudean, pero en este rubro se tornan más graves, pues la negativa de las féminas no sólo se limita a arrestos arbitrarios, sino que se traduce en despidos injustificados,
En el Consejo de Honor y Justicia de la Secretaría de Seguridad de la CDMX, hay alteros de expedientes con quejas de policías que no prosperan, lo que da pie a que sus extorsionadores actúen de manera más descarada e impune,
Luego de los hechos del 2 de octubre, policías en activo, jubilados y familiares, protestaron en la plancha del Zócalo para exigir la destitución de mandos policiales, así como mejores condiciones de seguridad y equipo.
Obviamente pidieron el anonimato, porque están ciertos de que habrá represalias.
Infortunadamente, es como clamar en el desierto.
No ha ocurrido nada. Todo sigue y, seguramente seguirá igual, porque, como dijimos líneas arriba, los dineros no quedan en manos solamente de los jefes “gamas”, que, en teoría, es un grupo policial altamente especializado, creado para actuar en la protección de las víctimas de violencia de género (¿?).
No pretendemos hacerle al “abogado del diablo”, defendiendo lo indefendible, pero sí es necesario que la gente se entere de cuál es la situación real de los elementos policíacos de menor rango, que desde siempre han sido explotados, antes de juzgarlos con el mismo rasero.
Recordemos que las escaleras, como la corrupción, se barren de arriba para abajo. De lo contrario es hacerese…guajes.
Dicen que al trabajo y a los chingadazos no cualquiera le entra y si ello conlleva los dos, imagínese.***QUIEN ABUSA Y HUMILLA PARA DEMOSTRAR SU PODER, EVIDENCIA SU MISERIA.***AU REVOIR.
joebotlle@gmail.com
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SIN LÍNEA
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