martes, marzo 18, 2025

SIN LÍNEA

***Teuchitlán, Jalisco y el país entero entre la negligencia y la complicidad
José SÁNCHEZ LÓPEZ
EN 1945 se descubrieron los campos nazis de concentración. El de Auschwitz fue el más grande de esos centros de exterminio. En realidad eran tres campos en uno: de concentración, exterminio y esclavización.
Millones, no sólo de judíos sino de prisioneros de guerra, presos políticos, gitanos, homosexuales y testigos de Jehová, fueron asesinados en los seis sitios de aniquilamiento y desaparición.
Hoy, una situación similar, guardando las proporciones necesarias, se vive en nuestro país.
Desde luego que no hay punto de comparación, pero es innegable que los cárteles mexicanos adoptaron esas demenciales prácticas para crear sus propios “campos de exterminio” y cometer las peores atrocidades.
Uno de los últimos sitios de este tipo, cuyo nombre ya se normalizó como campo de concentración, adiestramiento y exterminio, fue ubicado en el rancho Izaguirre, municipio de Teuchitlán, Jalisco.
Los horrores y atrocidades son inenarrables.
Cientos, si no es que miles de jóvenes, entre los 15 y 30 años de edad, fueron asesinados y desaparecidos. Así lo revelan los cerros de ropa y zapatos, mochilas, credenciales y objetos personales hallados en el lugar, en donde descubrieron tres hornos crematorios y restos óseos.
Los jóvenes eran deslumbrados con falsos empleos y atractivos sueldos como empleados de seguridad, a través de las redes sociales. Los citaban en alguna de las terminales de autobuses. Les hacían entrevistas relámpago y los hacían subir a un autobús para trasladarlos a sus “centros de trabajo” cuando en realidad iniciaban su camino hacia la muerte.
Ya en el lugar se acababa el trato amable, Los despojaban de todas sus pertenencias y les hacían saber que a partir de ese momento habían entrado a los dominios del señor MENCHO.
-Aquí están solos, no hay familia, no hay nadie, no son nadie, Son propiedad del señor y si no lo entienden terminarán muertos, fue una de las primeras advertencias de los “instructores”.
Los hacían pelear entre sí y a los que perdían, simplemente los mataban por débiles y a los ganadores los obligaban a cargar y llevar a los muertos hasta los hornos, en donde los desnudaban para arrojarlos al crematorio.
Otros eran obligados a descuartizarlos para desaparecerlos más fácilmente.
Aquellos que se oponían corrían la misma suerte que los que no resistieron y los sobrevivientes. eran sometidos a rigurosos entrenamientos, donde solamente los más feroces eran aceptados como “gente del señor Mencho”.
A los que se atrevían a rebelarse los arrojaban vivos a unos corrales con cerdos hambrientos que los devoraban. Esos animales servirían después para los comelitones con los que agasajaban a los que se disciplinaban.
“Un león te mata y después te traga, pero los puercos por partes, así que te comen vivo”, dijo una de las jóvenes que logró salir viva de aquél infierno.
Ese rancho fue cateado hace un año, en 2024. pero el gobierno de Jalisco no encontró nada, “es que el rancho era muy grande”, pretextó el entonces gobernador ENRIQUE ALFARO RAMÍREZ.
Tras ser inspeccionado la primera vez, siguieron reportes de que en ese lugar seguían pasando cosas y, efectivamente, pese a que la finca había sido asegurada, el Cártel Jalisco Nueva Generación siguió aniquilando gente en ese sitio, según testimonios de algunas de las víctimas que sobrevivieron a años de torturas y vejaciones.
Y las autoridades jaliscienses siguieron con oídos sordos.
Tuvo que ser una organización ciudadana, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, cuyos integrantes afrontaron toda clase de riesgos y se atrevieron a entrar al macabro rancho y descubrir los horrores del campo de exterminio de 5 mil metros, a sólo una hora de Guadalajara, la capital del estado.
No es creíble que las autoridades locales y del estado no conocieran una situación de esa naturaleza, dijeron, ¿pero sí es es factible que la FGR, SEDENA, la GN Marina, la SSPC y hasta el CNI lo ignoraran?
Apenas dos días después del descubrimiento del siniestro rancho, otro campo fue descubierto en Tamaulipas, pero el gobierno tamaulipeco dijo que no, qué se trata de la construcción de una funeraria (¿?).
No. no fue así lo que pasó es que las autoridades se equivocaron de domicilio.
Y eso es lo grave, pues esos campos de reclutamiento forzado y de exterminio de las organizaciones criminales no sólo están en Jalisco o Tamaulipas, se extienden a lo largo y ancho del país, así lo demuestran los miles de fosas clandestinas encontradas en los 32 estados de la República, No hay una sola entidad donde no haya sido descubierto un cementerio clandestino.
¿Alguien recuerda a SANTIAGO MEZA LÓPEZ, El Pozolero, del Cártel de Los Arellano Félix, que del 2000 al 2009 disolvió en ácido y sosa cáustica a no menos de 500 supuestos enemigos del Cártel de Tijuana?
¿Y el basurero de Cocula, en el caso de los 43 normalistas desaparecidos?
Es obvio que el exterminio masivo no es nuevo.
Por lo pronto, el ex gobernador ENRIQUE ALFARO, por sí o por no, ya emprendió la graciosa huida, por aquello de su grácil figura y para cualquier aclaración, lo pueden localizar en España, si es que lo encuentran y de hallar, a ver si quiere colaborar.
Ya la presidente CLAUDIA SHEINBAUM PARDO. ha dado claras muestras de que se acabaron los abrazos, pues entonces a emplearse a fondo y evitar que los gringos locos sigan dándose baños de pureza y nos llamen “narcoestado”, cuando ellos son los mayores consumidores de droga en el mundo.***SÓLO UN CÍNICO VE LA PAJA EN EL OJO AJENO Y NO LA VIGA EN EL PROPIO.***AU REVOIR.
joebotlle@gmail.com

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