***Violencia y acoso causan suicidios en Facultad de Medicina de la UNAM
José SÁNCHEZ LÓPEZ
El caso del suicidio del estudiante de segundo año de la Preparatoria 6 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), DANIEL REDONDA ALVARADO, reconfirmó los niveles de violencia que viven estudiantes y trabajadores de la Máxima Casa de estudios y el peligro que representa para la salud mental de integrantes de la comunidad universitaria.
No obstante, la estrategia del rector, LEONARDO LOMELÍ VANEGAS, junto con las directoras y los directores de las escuelas y facultades, sólo es la de guardar silencio, esconder los casos y fomentar la impunidad.
El caso de DANIEL, se suma a los de decenas de estudiantes, docentes y trabajadores de la UNAM, que son víctimas del abuso de poder de autoridades y profesores.
Así como ha ido creciendo en México la intención y comisión de suicidios, la UNAM también lo provoca y lo padece. Tal es el caso de las escuelas y facultades donde se cree que la exigencia, la disciplina y el alto rendimiento académico se deben acompañar de la violencia verbal, psicológica y laboral.
La Facultad de Medicina encabeza el número de estudiantes que intentan suicidarse y que llegan a cometerlo. Sin embargo, la directora de esa facultad, ANA CAROLINA SEPÚLVEDA VILDÓSOLA y su secretaría general, GABRIELA BORRAYO SÁNCHEZ, ocultan las incidencias, solapadas por el rector, para proteger su imagen rumbo a la competencia por la titularidad de la Rectoría.
Pero el acoso, el hostigamiento y la violencia no sólo es de profesores a estudiantes, sino de las propias autoridades contra trabajadores. Tal es el caso de la maestra ADRIANA GARCÍA RAMÍREZ, quien como encargada del Programa de Tutoría de la Facultad de Medicina, fue violentada verbal y psicológicamente por parte de la directora y la secretaria general de dicha facultad, de tal manera que ahora recibe tratamiento psiquiátrico.
Lo mismo ocurrió con la maestra LIZBETH VALDEZ OROZCO, que también es tratada psicológicamente tras ser hostigada por meses por las mismas autoridades de dicha facultad, hasta que renunció como jefa del Departamento de Análisis Curricular. Lo mismo ocurre con el doctor OSCAR BARRERA SÁNCHEZ, jefe de la Unidad de Desarrollo Curricular y Académico, que también está sometido a violencia psicológica y laboral por parte de las doctoras SEPÚLVEDA y BORRAYO y tiene que recibir atención psicológica y psiquiátrica.
En el caso de los trabajadores, el diario Basta! reportó 321 casos de denuncias, incluso, ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (COPRED), por acoso y hostigamiento laboral.
No obstante, la oficina y línea telefónica de Defensoría Universitaria no acepta denuncias por acoso u hostigamiento laboral.
“Yo llamé a Defensoría Universitaria para denunciar que las autoridades me acosaban y me dijeron que por ser trabajadora tenía que ir a la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET), porque no atendían asuntos laborales”, indicó una trabajadora.
No existe un registro público oficial que indique el número exacto de suicidios ocurridos en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es un secreto que permite muchos abusos de autoridad hacia estudiantes y trabajadores por parte de las autoridades universitarias. Sin embargo, casos específicos han sido reportados por los medios de comunicación en años recientes, por lo que la comunidad universitaria está preocupada por la salud mental de los estudiantes, principalmente.
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha sido escenario de varios casos de suicidio entre sus estudiantes en los últimos años. En junio de 2022, un alumno de segundo año se quitó la vida al arrojarse desde un edificio en Ciudad Universitaria. Posteriormente, en agosto de 2023, otro estudiante de esa misma Facultad falleció tras lanzarse a las vías del Metro en la estación Copilco y el último caso, el 16 de enero, el suicidio de DANIEL REDONDA.
“En la actualidad siguen los intentos de suicidio de alumnos, sobre todo hombres, pero nos piden que los tratemos con discreción para que no salgan a relucir”, afirmó una trabajadora encargada de vigilar espacios donde comúnmente ocurren esos hechos.
Estos trágicos incidentes, han puesto de manifiesto la presión académica y emocional que enfrentan los estudiantes universitarios. Factores como la intensa carga de trabajo, altas expectativas de rendimiento y situaciones personales, pueden contribuir al desarrollo de problemas de salud mental, incluyendo depresión y ansiedad.
Estudiantes de Preparatorias, como la 6, reportan intensas cargas de trabajo, presión excesiva de profesores, agresiones por supuestas deficiencias en sus tareas y trabajos y situaciones que merman su estabilidad física y emocional .
Aun cuando la UNAM ha implementado líneas de atención psicológica y programas para apoyar a los estudiantes en crisis, reflejando la relevancia del problema de salud mental en contextos educativos, la propia directora de la Facultad de Medicina cambia los programas de la Clínica de Salud Mental (hasta la imagen y nombre modificó por sus deseos; paso de Yolo a Hikaru), desechando toda la experiencia y trabajo de médicos, psicólogos y psiquiatras, solo para beneficiar a su hija, ANA CECILIA LÓPEZ SEPÚLVEDA, quien ejerce poder sobre el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, desde Irlanda donde reside, aunque cobra sus servicios a la Universidad.
Esperemos que el rector LOMELÍ VANEGAS, anteponga la vida y la salud mental de sus estudiantes y trabajadores ante las prácticas corruptas, mezquinas y abusadoras, así como que exhiban públicamente los datos numéricos de intentos y suicidios consumados, acoso y hostigamiento laboral, despidos injustificados, denuncias ante instancias de derechos humanos y que realmente exista una Defensoría de los Derechos de Estudiantes y Trabajadores Universitarios, quienes no deben llegar al suicidio para que al fin sean visto y valorados.***¿CUÁNTOS MÁS TENDRÁN QUE CAER EN EL POZO PARA QUE LO TAPEN?***AU REVOIR.
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