Moisés EDWIN BARREDA
Para que la incipiente democracia en el país arraigue, es necesario que se procese por traición a la Patria a Claudio X González hijo y a su patrón, Carlos Salinas de Gortari.
Mediante ese sujeto, aparente cabeza de la derecha golpista, Washington efectúa soterrada labor de zapa contra el gobierno de la 4T, encubierta y barnizada con hipócritas ofertas de colaboración. Igualito lo hizo contra el gobierno de la Unión Popular (UP) de Salvador Allende en Chile, y culminó en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y la instauración de la sangrienta dictadura militar de Augusto Pinochet, que duró 17 años merced al amplio e irrestricto apoyo de los sucesivos gobiernos estadounidenses a partir de Nixon.
La diferencia entre la derecha golpista chilena y la mexicana estriba en que esa fue apoyada por la CIA, y ésta es apoyada por la USID (US Agency for International Development), reconocido ente operativo del Departamento de Estado de USA y mancuerna de la CIA, ambas operadoras de campo de las estrategias de Washington para imponer a las sangrientas dictaduras en Centro y Sudamérica.
Para que la cuarta transformación llegue a buen puerto y cumpla el mayor de sus objetivos fundamentales, que es eliminar de raíz la corrupción y su melliza la impunidad sembradas por la dictadura de partido, esa causa judicial debe seguir a la nota diplomática con que en nombre del gobierno de la 4T que encabeza, el presidente Andrés Manuel López Obrador solicita al de Washington dejar de financiar a la derecha golpista aglutinada en “Mexicano contra la corrupción y la impunidad” (MCCI), engendro que armado por Claudio X González hijo.
El análisis en detalle del hecho de que Carlos Salinas de Gortari ha colado a parientes suyos en puestos clave de la administración pública y empresas fundamentales del Estado, avalan la extendida idea de que es padre de todas las agrupaciones que surgieron a iniciativa del junior.
Por cierto, en gacetilla pagada en el blog “Infobae” se subraya que ese traidorzuelo es hijo de Claudio X González Laporte, “uno de los empresarios más respetados del país…”, se reproduce las supuestas razones de que ese sujeto y sus cofrades traten de ridiculizar y, así, demeritar la imagen de López Obrador y el gobierno de la 4T. En realidad defienden sus privilegios y su riqueza mal habida a la par que sirven a los intereses de Washington, que es personero de las grandes empresas transnacionales.
Como buen discípulo y mozo de estoques de la oligarquía remanente de la dictadura de partido defenestrada, Claudio X chico se excede en cinismo, pues dice que sus organizaciones luchan por lo que el pueblo puso en marcha a través del gobierno de la 4T: “…romper los muros que separan a la ciudadanía de lo político para colocar en el centro de la discusión pública las grandes causas de la ciudadanía y lograr que los políticos trabajen para las causas de las y los ciudadanos.
El colmo es que su dicho en el sentido de que “la participación ciudadana –que el pueblo puso en marcha en julio 18– es el mejor camino que tenemos para lograr el cambio que el país lleva buscando desde hace décadas”.
Y por si todo lo anterior, risible por contradictorio, fuera poco, subraya que “No queremos regresar a lo de antes, pero tampoco queremos quedarnos como estamos. La ciudadanía debe tomar en sus manos el futuro de México”. Cosa que hizo desde julio del 18 y debe conservar refrendando su apoyo irrestrift6o a la 4T en las elecciones que habrá en junio próximo, ya tan ensuciadas por Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Las razones antedichas son prueba de que el par de Claudios y su patrón Salinas no tienen empacho en admitir que la oligarquía hizo de las suyas durante décadas, como si no fueran sus beneficiarios.
Pero volvamos a la USAID (Agencia de Estados Unidos de América para la Cooperación Internacional y el Desarrollo): Wikileaks informa que opera en México desde 1952 y tuvo un receso (¿?) en la década de los 60. La mejor evidencia de certeza de las imputaciones a ese apéndice del Departamento de Estado es que denuncia en que la USAID fue operadora de campo de las estrategias de Washington tendientes a impedir que Hugo Chávez Frías ganara las elecciones federales venezolanas, estrategia similar a la que diseñó para implementar contra Salvador Allende desde que, en 1952, se percató de que si llegaba al poder atentaría contra sus intereses, que en realidad son los de las grandes corporaciones.
Fracasó la intensa y prolongada labor de la USAID para impedir la victoria de Hugo Chávez; pero, ya en menor intensidad, la sigue contra el gobierno de Nicolás Maduro para desterrar al chavismo. Por cierto, como parte de la estrategia contra el gobierno democrático de Salvador Allende, mediante la USAID Washington exigió al entonces secretario general de la OEA, Faro Gallo, expulsar a Chile de ese organismo, “como hizo con Cuba”.
Wikilieaks recuerda que Washington recibió negativa dura por sarcástica de ese único dirigente de veras democrata que ha tenido la OEA, instrumento de USA para imponer y proteger su hegemonía en lo que considera su traspatio (América Latina): “Chile no es Cuba, ni Allende es Fidel”.
En resumen, la nota diplomática de López Obrador es obligada si se considera que la CIA y la USAID trabajaron de la mano para derribar el gobierno de Allende, quien, revela Wikileaks, “representaba una amenaza para los intereses económicos del gigante norteamericano porque su objetivo era redistribuir el ingreso en un país donde el 2 % de la población recibía el 46 %; en otras palabras, planeaba transformar la económica chilena para disminuir la brecha de desigualdades a través de la nacionalización de las industrias con mayor peso económico, impulsar una reforma agraria y estrechar relaciones con países socialistas.”
De allí se desprende que el gobierno de la 4T es incómodo para Washington por su política de recuperación de la dignidad nacional y rescate de las riquezas naturales del país, principalmente el petróleo y el litio, como Allende proyectaba hacer con la minería de cobre e hizo Evo Morales en Bolivia con ese codiciado mineral estratégico.
