Adrián García Aguirre / Cdmx
*De colegio de los Niños Héroes a observatorio.
*Cada 13 de septiembre se recuerda a los cadetes.
*Fue escenario de una batalla épica.
*Hay mucha historia en este majestuoso lugar.
*Inicialmente fue casa de descanso virreinal.
Es una de las joyas arquitectónicas de la Ciudad de México, que sin duda atrae a miles de turistas nacionales y extranjeros, recinto que alberga la memoria por guardar las historias que encierra en medio de un bosque que aún sobrevive y envuelve a esta construcción de finales del siglo XVIII.
No podemos recordar a los Niños Héroes cada 13 de septiembre sin mencionar -de manera obligada- el Castillo de Chapultepec, pues se conmemora como teatro de una célebre batalla cuando este era el Colegio Militar en 1847, y albergaba a los cadetes.
Inicialmente, el Castillo de Chapultepec fue construido bajo el diseño de servir como una casa de descanso por órdenes de Bernardo de Gálvez, virrey de la Nueva España; el periodo de construcción fue de 1785 a 1787, tiempo en el que el virrey falleció y no pudo ver concluida la obra ni disfrutarla.
Esta construcción, que se hizo en lo alto del cerro, representó una gran fortuna para la Corona Española, por lo que intentó venderla; pero fracasó y el castillo quedó abandonado, y de acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) fue en 1806 que el Ayuntamiento capitalino lo adquirió, aunque la guerra de Independencia lo convirtió un lugar olvidado.
En 1833 se decidió que sería sede del Colegio Militar; pero no fue sino hasta 1844 que entró en funciones, para protagonizar su más heroico episodio la madrugada del 12 de septiembre de 1847 cuando recibió un fuerte bombardeo por parte de las tropas estadounidenses que invadierona la nación-
Nicolás Bravo, atiguo héroe de la fase inependentista quedó al frente del Castillo y de los jóvenes cadetes Agustín Melgar, Juan de la Barrera, Vicente Suárez, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca y Juan Escutia, a quienes año con año se recuerda.
En 1864 fue hogar de Maximiliano de Habsburgo y su esposa, la emperatriz Carlota de Bélgica, al que llamaron “Miravalle”, en recuerdo de su antigua residencia en Italia que les daba las mejores vistas del Mar Adriático y que tenía por nombre “Miramar”.
Desde el Castillo de Chapultepec se dominaban los paisajes del entonces Valle de Anáhuac; pero la pareja trágica enviada por Nepoleón II desde Francia solo vivió ahí dos años.
Entre 1878 y 1883 fue sede del Observatorio Astronómico, Meteorológico y Magnético, pero el Colegio Militar se instaló nuevamente y quedó fuera el observatorio; de ahí, fue residencia del entonces presidente Porfirio Díaz y posteriormente de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y de Abelardo Rodríguez.
En 1936, el Presidente Lázaro Cárdenas, mediante decreto, dio la instrucción que se instalara el Museo Nacional de Historia, que se inauguró el 27 de septiembre de 1944 y así persiste hasta la actualidad, para asombro de propios y extraños, como un tesoro venerado por los mexicanos.