Por: José Cruz Delgado
Dos caciques reelectos en Cojumatlán y Tarímbaro
Los Chones y los tinoquistas deben pensar en el retiro
En el pecado llevaron la penitencia tanto los Chones como el exgobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí, quienes con junto el expresidente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza, impusieron candidatos a modo en Michoacán, y el no haber ganado ni una diputación local ni federal representa prácticamente el fin del cacicazgo político de los Orihuela Bárcenas y Tinoco Rubí.
Ya estaba previsto que iban a fracasar porque no tuvieron candidatos con arraigo e intentaron apoderarse del Comité estatal priista, cuando éste ya tenía mejores perfiles para puestos de elección popular, pero la ambición desmedida por el poder de los Chones, Ochoa Reza y Tinoco los llevó a cavar sus tumbas políticas.
¿Ahora a quién van a culpar de su fracaso?
Seguramente el proyecto era posicionar al Clavillazo Ochoa Reza y al propio Antonio Ixtláhuac y lograr la candidatura e uno o del otro, pero el tiro les salió por la culata y estos grupos sufrieron la peor derrota de la historia, y no pueden culpar a nadie, sino a sus torpezas y ambiciones políticas.
Así pues, los Orihuela Bárcenas y los tinoquistas deberán ir pensando en retirarse del escenario político porque no sólo perdieron sus candidatos, sino también en Zitácuaro, de donde son originarios, lo que indica que la sociedad ya no quieren más Chones.
Con votos comprados ganan dos caciques
Es muy lamentable que en algunos municipios la gente prefiera seguir bajo el yugo de caciques que un cambio que signifique progreso. En Cojumatán, fue reelecto a la presidencia municipal el perredista Enrique Mújica que va por su sexto periodo, y se dice que la compra de votos y la entrega de calentadores solares lo hicieron ganar. Un cacique que ha hecho una gran fortuna a costa de los cojumatlenses, según dicen.
En Tarímbaro, reeligieron a Baltazar Gaona Sánchez quien va por su quinto periodo, un municipio donde predomina la violencia y la inseguridad, mientras que Gaona Sánchez se dedica a adorar al Dios Baco. También, al igual que en Cojumatlán predominó la compra de votos y la intimidación.