CIUDAD DE MÉXICO.- México cuenta con reservas de gas natural para solo 2.4 días, lo que lo deja en una situación vulnerable frente a cualquier interrupción en el suministro.
La producción nacional ha disminuido y ha alcanzado su nivel más bajo en 21 años. Para satisfacer la demanda, el país importa 6,408 millones de pies cúbicos diarios desde Estados Unidos, lo que representa más del 70 % del consumo total.
Este nivel de dependencia genera una gran incertidumbre, ya que cualquier problema en el suministro estadounidense puede afectar la generación de electricidad y la operación de sectores estratégicos, como el petrolero.
El gas natural es clave para México, pues 64 % del consumo se destina a la generación de electricidad y otro 22% al sector petrolero. Sin embargo, no hay una estrategia sólida para garantizar su almacenamiento.
En 2018, se propuso un proyecto para mantener cinco días de reservas, pero nunca se concretó debido a la falta de inversión. La situación se tornó crítica en 2021, cuando una tormenta invernal en Texas provocó cortes en el suministro y dejó sin electricidad a varios estados del norte de México.
Recientemente, la agencia Fitch advirtió que la dependencia del gas estadounidense seguirá en aumento, lo que representa un riesgo significativo para el país, especialmente ante la incertidumbre política en Estados Unidos.
Ante este escenario, el gobierno mexicano ha reactivado con urgencia el plan para duplicar la capacidad de almacenamiento de gas natural. La meta original establecía que esto se lograría para 2030, pero fuentes cercanas aseguran que la nueva fecha objetivo es 2026.
El aceleramiento del proyecto responde a la preocupación por posibles restricciones en la exportación de gas desde Estados Unidos, especialmente con la llegada de Donald Trump y su política energética proteccionista.
A pesar de estos esfuerzos, expertos señalan que México sigue expuesto a interrupciones en el suministro y que la falta de inversión en infraestructura de almacenamiento podría generar problemas energéticos a corto plazo.
La dependencia del gas estadounidense sigue siendo uno de los puntos más débiles del país, lo que obliga a buscar alternativas para diversificar el suministro y mejorar la seguridad energética.
AM.MX/fm