viernes, noviembre 22, 2024

“Rusia es un gran país”

Rajak B. Kadjieff / Moscú, Rusia

*La Madre Patria está por encima de todo.
*Peculiaridades de la mayor nación del mundo.
*Formas para comprender el carácter de los rusos.
*Entre sus grandes y mejores cualidades está la hospitalidad.
*Las supersticiones y otras manías son parte de lo cotidiano.

Habría que hacer demasiadas preguntas y abordar excesivas cuestiones para saber lo que hace falta saber de los rusos; pero son ellos mismos, como de los habitantes de cualquier país, los rasgos del carácter que les destacan de los representantes de otras culturas.
Conociéndolos nos adaptaremos más rápido a las condiciones locales, porque les gusta recibir a las visitas, y son más que excepcionales por su hospitalidad, las reciben ellos mismos y van con placer de visita a las casas de amigos, parientes y conocidos.
Las mesas llenas de comida es el atributo principal de tales encuentros, y aún si nos han invitado a tomar una taza de té, es mejor no comer antes de la visita: los rusos suelen poner ante los huéspedes casi toda la provisión hogareña, incluida la comida casera.
No hay nada más ofensivo para un ama de casa que una mesa vacía en plena sobremesa: ello significa que los huéspedes siguen con hambre y no ha tenido suficiente comida, tampoco van de visita sin un regalo.
Es que en Rusia nadie va de visita con las manos vacías, se trate de un cumpleaños o de una reunión de amigos hay que llevar algo sin mayor pretexto: puede ser un pastel, una caja de bombones, una botella de vino o una de nalivka o chocolates para los niños.
Para los rusos el regalo en sí no importa mucho, lo importante que lo obsequies, pues de otra manera podrán pensar que el visitante es avaro.
Todos son supersticiosos, y normalmente los rusos miran por el hombro izquierdo, si un gato negro les cruzó el camino; tocan madera para no echar mal ojo de lo pensado y no silban en casa para no quedarse sin un rublo.
Si regresan a la casa que visitaron por haber olvidado algo, antes de salir se miran obligatoriamente al espejo, y creen que, para tener un viaje exitoso, hay que sin duda quedarse sentado y callado algún rato antes de salir.
Creen en la Madre Patria por encima de todo al haber sufrido y soportado la invasión nazi de la Segunda Guerra Mundial como ninguna otra nación, con un costo de 27 millones de vidas perdidas, y según la creencia y enseñanza heredada de los antepasados, siempre tienen en el pensamiento la frase que dice “Rusia es un gran país”.
Antes de los acontecimientos importantes -por ejemplo, antes de hacer un examen- los rusos desean uno a otro “que te sea leve”: hay que responder: “¡Al demonio!” de otra manera no funcionará.
Los estudiantes tienen sus signos: no cortarse el pelo durante la convocatoria; al primer llamado antes del examen debe invocarse a la suerte en voz alta, y, por último; durante el examen hay que poner debajo del talón una moneda de cinco rublos.
Se considera que estas acciones garantizarán buenas calificaciones, y es claro que todos los signos hay que tratarlos con un algo de ironía de parte de las amistades, que se valoran la amistad como una cosa importante en la vida de los rusos.
El amigo auténtico a veces es más íntimo que un pariente, y las nociones de lealtad, fidelidad de amigos no es la música celestial para la mayoría de los rusos, pues se considera que la amistad genuina y verdadera puede iniciarse en la escuela o universidad y durar para toda la vida.

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