sábado, septiembre 7, 2024

Revisionismo histórico por decreto

Rajak B. Kadjieff / Moscú, Rusia

*El gobierno ruso elimina el terror estalinista en las escuelas
*Ansias expansionista como nueva modalidad gubernamental.
*Ciertos factores se imponen hasta en los libros de texto.
*Respeto a Lenin y Stalin, reconocidos como figuras históricas.

Para los críticos de Rusia y otros gobiernos totalitarios, éstos son expertos en manipular la historia y la ex Unión Soviética no es una excepción, y según un análisis de Anya Fremova, investigadora de la Universidad de Moscú, Vladimir Putin está reformando el contenido de los libros de texto para “intentar encubrir los crímenes estalinistas y rehabilitar el legado de la Unión Soviética”.
Esta tendencia revisionista se ha detectado en los nuevos libros de texto rusos para las escuelas secundarias, introducidos en agosto de 2023, así como la lectura obligatoria para los estudiantes de décimo y undécimo grado en Rusia y los territorios ocupados, como los de Ucrania.
Han sido escritos por un colaborador cercano al mandatario ruso, el ex ministro de Cultura Vladimir Medinsky, según ha denunciado Fremova.
Se trata de un “ejemplo de los esfuerzos patrocinados por el Estado para utilizar la historia y la erudición al servicio de la agenda y los objetivos de Putin”, que siempre ha defendido su idea del “mundo ruso”, que está detrás de su afán expansionista en Ucrania y en otros territorios del espacio postsoviético.
Los libros de texto son parte de una estrategia mayor, indica, como la apertura, para quien el Centro Nacional de Memoria Histórica es el encargado de preservar “los valores espirituales y morales, la cultura y la memoria histórica tradicionales rusos”.
También tiene la encomienda de crear una extensa red de parques históricos y una colección de documentos de archivo titulada Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos. “Estos proyectos no sólo demuestran el deseo de Putin de controlar la narrativa histórica sino también de servir al objetivo de promover el imperialismo cultural y educativo ruso”, señala Anya Fremova
“El revisionismo llega especialmente a la figura de Josef Stalin. Los esfuerzos de Putin por redimir el pasado soviético pueden ayudar a explicar por qué Stalin está arriba en las encuestas: el 38 % de los rusos encuestados en junio de 2023 expresaron una actitud positiva hacia el dictador soviético”.
“No les importa que hubiera estado detrás de purgas generalizadas, ejecuciones masivas, campos de trabajos forzados y políticas que condujeron a la muerte de millones de sus propios compatriotas”, sostiene Fremova al hablar de una figura que sigue dividiendo a los rusos y a los ciudadanos de su área de influencia histórica, donde el líder y el asesino se mezclan.
Por ejemplo, cita Fremova que en los nuevos libros: se “mencionan brevemente las dramáticas consecuencias de la colectivización de la agricultura soviética”, incluidas las hambrunas provocadas por Iósif Stalin en 1932 y 1933 en Ucrania”.
Sin embargo, culpa exclusivamente a las malas cosechas y a los errores de los dirigentes locales y no a las políticas estalinistas que causaron y exacerbaron las hambrunas. La gran hambruna de Ucrania o Holodomor, en particular, es considerada por muchos historiadores y organizaciones internacionales como un genocidio”, señala.
También se cita de pasada el “Gran Terror” de 1937-38, “en el que millones fueron arrestados y se estima que entre 700.000 y 1,2 millones fueron ejecutados”. La policía secreta soviética es “elogiada” por su papel en la “lucha contra la contrarrevolución”, la “creación del sistema educativo profesional” y la “restauración del sistema educativo”.
La autora habla de una defensa de la Política Exterior expansionista, como la que Putin quiere recuperar, y por eso está multiplicando los homenajes y recuerdos al mandatario, dentro de una “guerra contra la memoria histórica”.
“En la nueva narrativa putinista de la historia, el Estado y su expansión siempre están en el centro, tal como lo estuvo durante el estalinismo. La gente es tratada según un proverbio preferido por Stalin, que resume su actitud hacia las medidas despiadadas y brutales que impuso: “Cuando se corta la madera, las astillas vuelan”, concluye la investigadora de la Universidad de Moscú.

 

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