Por: Daniel Molina
El FONDEN o el FONDEN, en tiempos de crisis.
No existe Fondo de Desastres Naturales, suficiente para enfrentar los embates de la naturaleza. Lo sucedido, la semana pasada en el estado de Guerrero, en el conocido puerto de Acapulco y municipios cercanos, rebasa cualquier película de Hollywood.
Así que, inmediatamente las reglas implementadas, en este gobierno con respecto al FONDEN, salen a relucir.
Teniendo un antecedente, en cuanto a FONDEN, es un programa y fondo gubernamental, encargado para la atención de desastres naturales y emergencias, causados por fenómenos como huracanes, inundaciones, sismos, entre otros. Este programa, se administra desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Entonces, que ha pasado con el FONDEN recientemente. En este gobierno, mediante decreto puso fin a los fideicomisos públicos, entre los que se encontraba el FONDEN. La decisión fue tomada, por los presuntos usos indebidos de estos recursos, que terminaban en corrupción.
Sin embargo, aunque este fideicomiso se eliminó, no la partida en el presupuesto de egresos de la federación. Así que, el objetivo de este recurso no cambió, pero si su manera de aplicarlo en caso de haber necesidad, como lo es hoy en el estado Guerrero.
En resumen, el FONDEN fideicomiso y el FONDEN presupuesto de egresos, tienen su gran diferencia y radica en como se operan la toma decisiones de utilizar este dinero. Hoy el FONDEN presupuesto, recae totalmente en el gobierno federal. El FONDEN fideicomiso, era un instrumento jurídico, con reglas y protocolos de acuerdo a la emergencia enfrentar.
A dónde vamos con todo esto, pues a uno de los conceptos más importantes para el ser humano; el tiempo y, la toma de decisiones para enfrentar la necesidad de la población.
Es cierto, que nadie está preparado para enfrentar un desastre natural. Ahora, nuevamente a este gobierno le toca un desafío como lo fue la pandemia.
El desafío como sinodal es el desastre ocurrido por el reciente huracán OTIS, en el estado de Guerrero y, ver si la decisión de haber eliminado el fideicomiso fue la decisión acertada.
Volver a ver a Acapulco levantado, sin minimizar lo que paso en otros municipios llevará bastantes años.
Lo que continua y vivimos, es la guerra de opiniones, de expertos y los no tan expertos con respecto a lo que se tuvo que hacer. Se buscará fiscalizar el uso del FONDEN, para saber si su aplicación fue la correcta. Los opositores y el gobierno en turno, continuarán con su enfrentamiento de declaraciones, pero la realidad, es que las perdidas nunca se recuperan.
El tiempo en reaccionar, trajo perdidas materiales multimillonarias, perdidas emocionales mientras los guerrerenses vivían la destrucción; pero para muchas familias, perdidas humanas que jamás serán recuperadas.
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