HOLLYWOOD, CALIFORNIA.- La industria del entretenimiento vive un terremoto. La aparición de Tilly Norwood, la primera actriz creada con inteligencia artificial, provocó asombro, miedo y una avalancha de críticas en el corazón de Hollywood. Presentada en el Festival de Zúrich, esta creación digital promete revolucionar la pantalla grande, pero también amenaza con poner en jaque el futuro de miles de actores.
La compañía británica Particle6, en conjunto con la agencia Xicoia, dio vida a esta figura digital en mayo pasado. A diferencia de otros experimentos, Tilly no es solo un avatar: tiene biografía inventada, voz propia y una historia en constante evolución, diseñada para enganchar al público como lo haría cualquier estrella de carne y hueso.
La directora Eline van der Velden, mente detrás del proyecto, aseguró que la actriz virtual busca convertirse en la “nueva Scarlett Johansson o Natalie Portman”. Según ella, no se trata de reemplazar humanos, sino de crear un “trabajo artístico” que abra las puertas a nuevas formas de narrar. Con esta declaración, Van der Velden encendió más la polémica.
El anuncio provocó indignación inmediata. El Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG-AFTRA), que representa a más de 160 mil artistas, lanzó un comunicado feroz. En él denunció que Tilly “no es una actriz, sino un personaje generado por un programa entrenado con el trabajo de miles de profesionales sin permiso ni compensación”.
La organización agregó que esta IA carece de lo más valioso en la actuación: experiencias vitales y emociones reales. Además, cuestionó que el público quiera consumir contenido “fabricado por computadora”, sin el vínculo humano que siempre ha definido al cine.
La pregunta ya retumba en pasillos, foros y sets de filmación. Para algunos, Tilly Norwood simboliza un futuro inevitable, donde los contratos millonarios y los caprichos de las estrellas quedarán en el pasado. Para otros, representa una amenaza directa a la esencia del séptimo arte, donde la autenticidad emocional resulta irremplazable.
Por ahora, la actriz digital sigue generando titulares y dividiendo opiniones. Mientras unos aplauden la innovación, otros la califican como una traición al arte. Lo cierto es que la llegada de Tilly abre un debate explosivo: ¿será esta creación el inicio de una nueva era o el principio del fin para las estrellas de carne y hueso?
AM.MX/fm