viernes, marzo 29, 2024

RÁFAGA: “El Peje” está perdiendo puntos, aunque no lo reconozca

Jorge Herrera Valenzuela

Desde antes del debate de “los cuatros y ella”, el propietario del Movimiento de Regeneración Nacional y candidato de Morena, el señor licenciado Andrés Manuel López Obrador, está perdiendo puntos y “poquitos” seguidores, entre ellos algunos intelectuales. Por supuesto que jamás reconocerá el tabasqueño, por ser terco y obsesivo que su postura de autosuficiente, su pose perdonavidas, así como evadir las preguntas que lo comprometen, lo dibujan como falto de preparación para polemizar y carente de fundamentos para sostener sus propuestas.

Está registrado que en dos ocasiones recientes, López Obrador ha abandonado el recinto, donde debe y puede exponer sus ideas y propuestas, muy molesto, sin despedirse de sus anfitriones. Escribió mi colega y amigo Salvador Flores Llamas que cuando estuvo con los obispos, no se despidió de ellos y no dio contestación a las preguntas. Eso fue el 13 de abril pasado, en la sede del Episcopado Mexicano, en Lago de Guadalupe, Estado de México, colindante con la Ciudad de México.

También mi paisano (michoacano) Flores Llamas reseñó que cuando “El Peje” se retiró del Palacio de Minería, la noche  del domingo 22, iba “enfurruñado”. Tampoco dijo adiós a sus rivales ni a los moderadores del debate, además de que se llevaba el micrófono. “Enfurruñado” es sinónimo de: enfadado, colérico, encolerizado, iracundo, encrespado e irritado. Millones de mexicanos vieron que el hombre que busca, por tercera vez, la Presidencia de la República, eludió contestar a los otros aspirantes presidenciales, aduciendo que “me están echando montón”.

Lógico y natural que López Obrador y su equipo de campaña echen las campanas al vuelo, insistan en que las encuestas no variaron. Es infantil creer que los “morenistas” de origen priista, los salidos del panismo, los que abandonaron el perredismo, admitan que su mesías puede llevarse una sorpresa y no precisamente porque “la mafia del poder” le esté preparando un fraude electoral.

Por su parte Eduardo Iturbide, joven analista político, comentó que durante el desarrollo del primer debate, López Obrador, mostró su “pobreza intelectual, la que se evidenció ante la imposibilidad de argumentar y defender sus posiciones, su falta de empatía fue manifiesta”. Cierta es la apreciación de mi amigo y colega, pues el hombre dedicó su tiempo a distraerse viendo su reloj, removiendo papeles que tenía sobre el atril y lanzando sonrisas burlonas.

No son pocos los que hablan y pronostican que Andrés Manuel no acudirá al debate que tendrá lugar en las aulas de la Universidad Autónoma de Baja California, Campus Tijuana, el 20 de este nuevo mes, porque ese día hay un importante juego de fútbol soccer, nada menos que la final del campeonato mexicano. La obligación de los candidatos presidenciales es asistir a dos de esos eventos, así que pudiera presentarse el martes 12 de junio en el Gran Museo del Mundo Maya, de Mérida, Yucatán.

EL AVIÓN Y EL NUEVO AEROPUERTO

Sin duda alguna tiene mucha razón López Obrador al decir que es muy obsesivo y terco, porque en todo momento habla de que venderá el avión presidencial, inclusive afirmó que lo había ofrecido al presidente de Estados Unidos, por lo que “El Bronco” –otro que se siente presidenciable— en el debate le dijo que no ofrezca ni venda lo que no es de él. Resulta que el tabasqueño debe saber que los presidentes, los primeros ministros, los jefes de Estado, los reyes y las reinas, viajan en aeronaves que pertenecen a los gobiernos y no son de propiedad privada ni están facturados a nombre del titular de la dependencia.

Eduardo Iturbide comentó que el Presidente de México requiere de un avión oficial, primero, por seguridad institucional, porque va con su equipo de trabajo, integrantes de la comitiva, representantes de los medios informativos y siempre para evitar retrasos en las citas agendadas. En pocas palabras, las giras presidenciales no pueden, ni deben, hacerse en líneas comerciales.

Cuando en la precampaña López Obrador consideró indispensable atraer los reflectores hacia su persona, enfiló sus baterías contra la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, NAICM, anunciando que él, como Presidente de México, cancelará esa obra. Su declaración alertó a todo  mundo y hasta llegó a programarse la posibilidad de una mesa de trabajo, con carácter técnico. Después esa idea se desechó.

Uno de sus asesores dijo a los medios de comunicación que cuando asuman el poder, se cancelarán todos los contratos relacionados con la industria petrolera y tiempo después propuso que a los empresarios que se opongan a López Obrador, se les expropien sus negocios. Ambas cosas ya fueron desmentidas, pero no dejan de sembrar dudas y temores, lo que también puede hacer que le disminuyan simpatizantes y votos.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Los banqueros ya olvidaron que durante su Convención, en Acapulco, López Obrador pronosticó que si hay fraude, a ver quién amarra al tigre?

jherrerav@live.com.mx

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