jueves, enero 30, 2025

¿Qué es “woke”?: descubre el concepto y su relevancia en México

CIUDAD DE MÉXICO.- La palabra “woke” tiene sus raíces en la comunidad afroamericana de Estados Unidos. Originalmente, fue un llamado a estar alerta ante las injusticias sociales, especialmente las relacionadas con el racismo. Sin embargo, esta palabra ha evolucionado y, con ella, su significado, expandiéndose a una variedad de contextos y movimientos sociales.

De acuerdo con Cadena Política, el término “wokismo” ha ganado atención en los últimos años, especialmente en contextos políticos y culturales. Su significado proviene del inglés woke (despierto), y se utiliza para describir una postura crítica hacia los sistemas de opresión que afectan distintos aspectos de la sociedad. Este concepto conecta con la idea de que variables como género, raza, clase social y orientación sexual están vinculadas a estructuras de poder que perpetúan la desigualdad.

El wokismo busca identificar y cuestionar estas dinámicas, promoviendo un “despertar” social frente a ellas. Sin embargo, su impacto y alcance han generado debates intensos, tanto en el ámbito político como en el cultural, donde algunos lo consideran una herramienta de justicia social y otros lo perciben como una imposición ideológica.

El wokismo no es una ideología única, sino un conjunto de ideas que intersectan en torno a la dialéctica opresor/oprimido. Según esta visión, en cada ámbito social existen sistemas de opresión estructurales. Por ejemplo, el patriarcado se asocia con la opresión de las mujeres por parte de los hombres, mientras que el racismo aborda cómo las personas blancas tienen ventajas sobre las comunidades racializadas.

A través de conceptos como la “interseccionalidad”, el wokismo busca relacionar diferentes formas de opresión, creando un marco en el que todas las luchas por la justicia social se entrelazan. Este enfoque pretende visibilizar desigualdades que históricamente han pasado desapercibidas, pero también ha enfrentado críticas por su tendencia a interpretar cualquier aspecto de la vida como un terreno de conflicto.

Uno de los puntos más controvertidos del wokismo radica en su impacto político. Desde esta perspectiva, el Estado se percibe como una herramienta clave para garantizar la “liberación” de las minorías oprimidas. Esto ha llevado a la implementación de políticas públicas como cuotas de representación, lenguaje inclusivo y medidas afirmativas en diversas áreas.

No obstante, críticos como el economista y presidente de Argentina, Javier Milei han señalado que estas iniciativas podrían expandir de manera innecesaria el tamaño del Estado, generando nuevos conflictos. Según Milei, el wokismo podría desviar la atención de las relaciones fundamentales entre ciudadanos y gobernantes, convirtiendo problemas individuales en conflictos políticos amplificados.

“Woke” y su significado en México
Aunque el término nació en un contexto diferente, en México, hemos adoptado el concepto para discutir y abordar nuestras propias injusticias sociales. Desde los movimientos feministas hasta aquellos que abogan por los derechos de los pueblos indígenas, ser “woke” implica una toma de conciencia sobre las desigualdades que afectan a nuestro país.

Hay quienes critican que es solo una moda pasajera, mientras otros sostienen que es una herramienta poderosa para el cambio.

Uno de los mayores retos es evitar caer en lo que algunos llaman “wokeísmo superficial”, donde el término se utiliza sin un verdadero compromiso con la causa. En México, con nuestra rica diversidad cultural y tensiones sociales únicas, ser “woke” requiere más que palabras; demanda acción y verdadero entendimiento.

Ser “woke” no sólo se trata de señalar problemas, sino de buscar soluciones. En México, hemos visto cómo estas ideas han influenciado políticas públicas, debates sobre luchas indígenas, y movimientos ecológicos. Pequeños pasos pueden llevar a grandes cambios, y estar “woke” puede ser el primer paso hacia un México más justo y equitativo.

El wokismo continúa siendo objeto de análisis y confrontación en diversas esferas. Mientras algunos lo ven como un paso hacia una sociedad más equitativa, otros lo critican por polarizar y simplificar la complejidad de las relaciones humanas.

En cualquier caso, su relevancia no parece disminuir, pues plantea preguntas fundamentales sobre cómo se entiende y aborda la justicia en el siglo XXI.
AM.MX/fm

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