LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- El corazón de Elvis Presley comenzó a latir un 8 de enero de 1945 y se detuvo 42 años más tarde. En este intervalo efímero hay decenas de canciones y conciertos legendarios, y alguna película de mérito, como El barrio contra mí o Estrella de fuego. Ninguna de ellas está disponible en el streaming de España, un destino agridulce para alguien, como Elvis, que soñaba con ser el nuevo Marlon Brando.
De acuerdo con 20MINUTOS, no le faltaban actitudes, especialmente como actor dramático. Sin embargo, los directores solo querían hacerlo cantar y, cuando lo colocaban en una comedia (el servicio militar habitual de un músico reconvertido en intérprete), siempre desafinaba. Sin embargo, unos años antes de morir, llegó a las manos de Elvis el papel que habría constituido su legado en el cine: el de coprotagonista en Ha nacido una estrella, junto a Barbra Streisand.
La diva neoyorquina sabía que figurar junto a Elvis catapultaría el proyecto a una dimensión desconocida y el propio Presley estaba encantado con la idea de, casi sobre la bocina, demostrar que en su interior había un actor de verdad. Pero la palabra definitiva no la tenía él, sino su representante, el infausto Coronel, y fue no.
Elvis y Barbra compartieron escenario en un hotel de Las Vegas, el reino del de Tupelo o, mejor dicho, la cárcel de oro en la que lo había apresado Tom Parker, autodenominado El Coronel y dueño (más que mánager) de Elvis. Por tanto, los dos cantantes se conocían y se respetaban. Elvis, además, admiraba a Barbra Streisand por haber evolucionado en un terreno en el que él nunca había terminado de hacer pie, el cine, en parte por los calamitosos proyectos que le había conseguido El Coronel.
Streisand le habló a Elvis de su idea de hacer un remake de Ha nacido una estrella, en la que ella encarnaría al personaje que, con anterioridad, habían interpretado Janet Gaynor y Judy Garland. Le hacía falta, por tanto, un maestro, un músico de pasado glorioso y presente conflictivo bajo cuya sombra se gestase una nueva estrella. Elvis Presley no se molestó por los paralelismos que esto pudiera trazar con la realidad y aceptó, previa confirmación (creía él, mera formalidad) de su representante.
El Coronel se negó, a no ser que Streisand disparase los emolumentos de Elvis (y, de forma indirecta, los del Coronel, que se quedaba con un buen porcentaje de sus ganancias) y le otorgase el primer puesto en los créditos. Elvis, que llevaba más de cinco años sin actuar, no valía ya tanto y Streisand lo sabía, por lo que su ventana se cerró y el papel fue a parar a Kris Kristofferson.
AM.MX/fm
