Jorge Meléndez Preciado
Entre tantas penurias en los últimos días, no obstante la enorme difusión de sus aparentes logros y la pésima explicación de sus tareas mal realizadas, finalmente Enrique Peña Nieto logra una victoria hacia al fin de su mandato, la que no será muy festejada por él sino más bien un triunfo que gozará Andrés Manuel López Obrador.
Luego de 13 meses de negociaciones y que Donald Trump cambiara de parecer, se pudo firmar un acuerdo comercial entre México y Estados Unidos, lo cual posibilitará una mayor inversión en nuestro país, la no interrupción de las exportaciones automovilísticas ni de hortalizas y frutas y que el dólar se situó a casi 19 pesos.
En dicho entendimiento, desgraciadamente, no entró Canadá, quien había señalado hace tiempo en voz de su primer ministro, Justin Trudeau, que ellos firmarían un convenio con su vecino del sur no obstante que no llegara a un pacto con México. Y es que los canadienses pensaban en la hostilidad de Trump a nosotros, impidiendo una negociación exitosa.
No fue así ya que luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, Donald empezó a tener mayor acercamiento con el morenista que ante el hombre que lo recibió en Palacio Nacional siendo candidato el gringo, le puso la alfombra roja y se dejó insultar por el republicano. Lección contundente cuando en lugar de política se acepta la sumisión del prepotente.
Tan la mano de Andrés Manuel estuvo presente que Idelfonso Guajardo expresó: la labor de Jesús Seade, el enviado de López Obrador, fue clave para lograr el hoy festejado hit. Aunque también debemos señalar que otros factores influyeron decisivamente en este cambio del mandatario yanqui.
La necesidad de presentar algo positivo a la población estadounidense, pues en los últimos meses las divulgaciones de Michael Cohen de la contratación de prostitutas para Donald y las revelaciones de su ex jefe de Campaña, Paul Manafort, acerca de dineros para algunos proveedores desconocidos, los cuales pueden estar implicados en la trama rusa, pusieron al también llamado Hombre Naranja en una situación embarazosa y que lo puede llevar a juicio.
Si además los ataques a las economías importantes como la China y la Rusa, por medio de aranceles, debilitarán a la economía estadounidense, la cosa se pone fea. Máxime si en las próximas elecciones de noviembre las encuestas señalan que los demócratas pueden obtener una buena cantidad de victorias para inclinar el Congreso a su favor.
Ante dicho panorama, Estados Unidos dio marcha atrás en la famosa clausula Sunset, la que permitía revisar el TLCAN en cinco años; ahora estará vigente por 16 años. También se redujo la necesidad que los componentes gringos en automóviles fueran de 50 por ciento. Y se logró que nuestro país tuviera una mayor injerencia en los asuntos petroleros, poniendo el ojo en los tratados firmados por la famosa ley energética.
Claro que se tuvo que ceder en varias partes, como anotó la Coparmex, sobre todo en la industria automotriz, pero ello nos debe llevar a elevar los salarios de los trabajadores mexicanos en dicho sector (La Jornada, 28 de agosto).
Continuará la imposición de aranceles al acero y aluminio mexicanos. Los servicios financieros seguirán teniendo una ventaja de centenas de millones de dólares para ellos. Lo mismo que tendrá supremacía en la propiedad intelectual y productos digitales. Y en más, ya que no obstante que somos el país con más tratados en el mundo, tenemos un comercio con nuestros vecinos del norte de 80 por ciento. Tanto que compramos de todo: maíz, sorgo, carne de cerdo y pollo. El Imperio en su máxima expresión.
Que el acuerdo fue bien recibido, lo demuestra: 77 por ciento de universitarios lo festejaron y 57 por ciento de la población estuvo de acuerdo (Buendía, El Universal, 28 de agosto). Y el caricaturista Alarcón mostró la cruda realidad: Donald Trump dándole una paleta al niño Peña Nieto (El Heraldo, ídem).
Para Wall Street Journal, el Acuerdo es peor en muchos sentidos y de aprobación incierta en EU, ya que el Congreso lo analizará. Además, señala el diario no protege a los inversionistas de su país y los mismos enviarán sus dólares más allá del Río Bravo.
Mientras que la próxima secretaría de Economía, Graciela Márquez, dijo acertadamente: ningún tratado hará que remontemos nuestro atraso, aunque el firmado no es tan malo.
Triunfo pírrico de Enrique Peña Nieto.
@jamelendez44