Por Pedro Camacho
Es creencia generalizada que los adjetivos demasiado y bastante son sinónimos de mucho o de muchísimo. En el primer caso, demasiado implica demasía, exceso. Demasiado es todo aquello que está de más; es decir, que excede lo adecuado. En el segundo caso, bastante es un sinónimo de suficiente; es decir, es aquello con lo que basta para satisfacer lo requerido. Es absurdo que alguien diga, por ejemplo, que un platillo le agrada demasiado, porque ello sugiere que le agrada más de lo correcto y, por tanto, le desagrada. Un sinsentido similar encierra decirle a alguna persona que se le aprecia bastante, porque equivale a decirle que no hace falta apreciarla más.
