Por Pedro Camacho
Históricamente, en México ha prevalecido la religión católica y, por esa causa, en muchas familias se enseña a persignarse marcando con los dedos tres cruces en su cuerpo: la primera, en la frente; la segunda, en la boca, y la tercera, en el pecho. Pero esa enumeración frecuentemente es mal empleada por comunicadores que, cuando alguien sufre dos, tres o más derrotas consecutivas, hablan de “la primera en la frente”, de “la segunda en la frente” y de “la tercera en la frente”. Es decir, no tienen idea de lo que dicen; solo repiten, mal y a medias, lo que quizá aprendieron de niños.
