Por Pedro Camacho
A veces es extraña la forma en que los mexicanos contamos los días. Y es extraña porque es inexacta. Por ejemplo, cuando hablamos de algo que ocurre en días alternados, como podrían ser lunes, miércoles y viernes, decimos que sucede “cada tercer día”, aunque en realidad nos referimos a cada segundo día. Y cuando hablamos del mismo día, pero de la semana siguiente o de cada semana subsecuente, decimos “dentro de ocho días” o “cada ocho días”, aunque en realidad son lapsos de siete días. Muy extraño.