Por Pedro Camacho
Muchas personas suponen que un alud solo puede ser de nieve, pero cuando lo que se derrumba es otro material que no sea nieve, también se le puede llamar alud. El Diccionario de la Lengua define el vocablo, en primera acepción, efectivamente como una gran masa de nieve que se derrumba de los montes con violencia y estrépito, pero como una segunda acepción, acepta que un alud es una masa grande de una materia que se desprende por una vertiente, precipitándose por ella. Por cierto que el plural es aludes, y no “aluds”.