CIUDAD DE MÉXICO.- La inflación de septiembre presentó un avance modesto de 0.23% (por debajo del 0.27% esperado), ayudado por caídas en alimentos no procesados y energía; pero la métrica anual subió a 3.76% por efectos de comparación que han dejado de ser fáciles. Nuevamente, la inflación subyacente mostró presiones (0.33% vs 0.32% estimado, una aceleración desde el 0.22% de agosto) que elevó la métrica anual 5 pb a 4.28%; la inflación en servicios se mantiene elevada (4.36%), al igual que bienes (4.19%).
¿Cómo han reaccionado los mercados?
El tipo de cambio se deprecia 0.27%, en línea con el rebote del dólar a nivel global; la bolsa mexicana se mantiene prácticamente sin cambio respecto al cierre anterior, mostrando cierta resiliencia en comparación con plazas de relieve. La curva de M bonos presenta caídas en tasas, al igual que udibonos, en contraste con los incrementos en los papeles del Tesoro.
¿Cuál es nuestra visión?
La inflación general medida anualmente se mantiene dentro del rango meta, pero se ha acelerado desde agosto pese a una inflación no subyacente históricamente baja. La aceleración se debe a bases de comparación que no ayudan y presiones en el componente subyacente que posiblemente lleven la inflación a algo cercano a 4% al cierre de año. La persistencia de la inflación de servicios y la aceleración en bienes subyacentes, ambas por ya encima del rango meta, revelan presiones de demanda y costos laborales que el estancamiento económico no ha resuelto.
De cualquier modo, la Junta de Gobierno de Banxico aprovechará los recortes que se esperan de la Reserva Federal para seguir reduciendo su tasa objetivo, amparados en el bajo crecimiento y la apreciación acumulada del tipo de cambio. En consecuencia, no vemos necesario realizar cambios en la recomendación en activos locales, que mantiene la preferencia por la renta fija local (favoreciendo la duración, los papeles nominales y el crédito) en detrimento de la renta variable local. Asimismo, se mantiene la visión negativa en tipo de cambio.
AM.MX/fm