Francisco J. Siller
- Vergonzoso lo que ocurre en San Lázaro: AMLO
- Muñoz Ledo demostró porque es Don Porfirio.
- Los de Morena esta “mareados” por el poder.
- Si la ley no se puede torcer, entonces cámbiala.
Son tiempos de agandalle político. De seguir consignas y aplastar a la oposición, de conservar el poder como sea y acabar con la pluralidad, exacerbando el poder presidencial. Con chicanadas y violando la Constitución y la Ley del Congreso. Ser mayoría en las cámaras no debe ser aval para transgredir la vida democrática del país.
Y todo porque son mayoría…
Leyes a la medida con dedicatoria, como la “Ley Bonilla”, “la Ley Taibo” o la “Ley Garrote” de Tabasco, son el regreso al autoritarismo legislativo que tanto dañó al país en los tiempos posrevolucionarios. Sí en el 2000 los electores rechazaron el sistema político promovido desde el PRI, hoy los legisladores de Morena están en vías del fracaso moral.
Sin embargo, entre los diputados de Morena hay personajes que aún conservan la cordura, la muestra la puso Porfirio Muñoz Ledo –en alguien debe caber la prudencia– al descartar seguir en la presidencia de San Lázaro. “La principal virtud de un político es la congruencia, también que se puede tener el poder y no pasar a la historia; se puede pasar a la historia sin tener el poder”, justificó y él pasará a la historia.
Don Porfirio parece ser el único que ve más allá de su nariz “ante una posible crisis constitucional, la solución política es propiciar entendimientos para llegar a un acuerdo que permita transitar institucionalmente”. Los morenos deberían aprender de él, bajarse de su pedestal y hacer verdadera política por el bien del país.
Y que decir del presidente López Obrador que en la mañanera del miércoles calificó de vergonzosa la actitud de los diputados de Morena. “un partido que porque tiene mayoría puede aprovechar para modificar una ley en beneficio personal, en beneficio de grupo, en beneficio de una facción, pues eso es retroceso”.
También la secretaria de Gobernacion, Olga Sánchez Cordero que en una llamada telefónica llamó la atención a los legisladores de Morena, grabada por uno de ellos y filtrada a Televisa. “Nos está perjudicando mucho lo que está sucediendo en la Cámara de Diputados”, dijo eso por encargo de López Obrador
Más de seis horas de discusión esteril –el martes–, en las que los partidos de oposición buscaron el respeto a la ley, y todo para que Morena terminara cediendo la presidencia de la cámara al PAN, tal y como se había acordado al inicio de la actual legislatura. Y el mércoles desechara las dos propuestas –antes ya habían rechazado otra– de mesa directiva propuestas por el PAN. Que los de Morena buscan una directiva “a modo”, ni hablar. El coordinador Mario delgado fue claro: Tienen que cumplir requisitos y un perfil, “vamos a ejercer nuestro poder de voto… No va a pasar cualquier personaje. Nadie que haya ofendido a Porfirio, nadie que haya ofendido al presidente de la República”.
Y se dio otro sainete en la reanudación de la sesión –el miércoles– cuando además aprobaron modificar la Ley Organica del Congreso (con transitorios) para darle el cincuenta por ciento del tiempo en la presidencia al partido mayoritario. Cuanta confianza tienen que volveran a ganar las elecciones, porque la medida entrará en vigor para la siguiente legislatura. No le importó llevar la contra de nuevo al presidente.
Si se razgaron las vestiduras por pensar ¿Cómo un panista o un priísta va a estar al lado del presidente en los actos oficiales? Hoy se les volvió realidad y nada pueden hacer para evitarlo. Vea usted amable lector donde se centran las preocupaciones de los legisladores un partido político que su supremo objetivo debería ser representar el sentir del “sabio” pueblo de México.
Hasta ahora no han logrado convencer por la fuerza de la razón. Sacan leyes y modificaciones constitucionales aplicando su razón por la fuerza. Hoy la cereza del pastel, es la presidencia para el partido mayoritario. Aunque ofendan el acuerdo de dar pluralidad a la dirección de la cámara y pasen por alto la Ley Orgánica del Congreso.
El partido del presidente esta en equilibrio peligroso, “subido en un ladrillo”. Está mareado por el poder. Califica los reclamos de la oposición como injurias y los acusa de vociferantes. Los morenos están seguros que en 2021 y 2024 serán mayoría calificada. El exceso de confianza mata. No sea que se lleven un susto.
Están en un punto de regresión autoritaria, esa que durante décadas fue duramente criticada por los partidos de oposición. Cuando solo los “chicharrones” del PRI tronaban, cuando las leyes se aprobaban por la intención de regímenes presidenciales de un hombre, que desde Los Pinos, dictaba el acontecer de México.
Es una pena que en la más alta tribuna del país no haya debate. Que las mociones de la oposición que se presentan, vengan de quien vengan, se desechen de plano y se escuche irremediablemente: “La mayoría está por la negativa”. Como en los mejores tiempos de la bien llamada “aplanadora tricolor”.
La Cámara de Diputados se ha convertido en la casa del bla, bla, bla y de los oídos sordos. Del desconocimiento y malinterpretación de los mecanismos legales que la rigen. Los morenos van por la revancha absoluta con su mayoría, aunque arriesguen a una parálisis legislativa.
¿Esto es lo que los votantes querían?
Los diputados de Morena están embriagados por el poder, cuándo les conviene pelean por el respeto a los reglamentos y leyes, cuando no buscan torcerlas y si no pueden, pues hay que cambiarlas para eliminar obstáculos al costo que sea, como ocurre con quien debe presidir la Cámara de Diputados.
Por cierto, que los morenos no esconden sus orígenes, así como muchos de ellos participaron de las famosas tribus del PRD, hoy en el partido del presidente se forman facciones para imponer su santa voluntad, pero eso no lo reconocerán. De seguir así darán fuertes dolores de cabeza a López Obrador, en especial aquellos que integran el ala ultra reaccionaria en permanente lucha por ganar poder y más poder.