lunes, abril 15, 2024

PERFILES POLÍTICOS: Amigos por siempre

Francisco J. Siller

¿Quién ganó… Quién perdió? Eso lo veremos en los próximos días o semanas. Veremos si la apuesta de Andrés Manuel López Obrador por la reelección de Donald Trump rinde frutos.

El presidente mexicano se comportó a la altura, Trump también. Escuchamos de él un discurso no muy diferente al de otros mandatarios, esos del gobierno neoliberal, desterrados por la Cuarta Transformación.

En quince minutos López Obrador borró cualquier afrenta sufrida por México en los últimos años. Ya no importó que Trump nos haya calificado de criminales, violentos, violadores o traficantes de droga.

Se comportó como todo un estadista al que se le resbalan los insultos, acusaciones y diferencias de opinión. Trump, olvidó también todo eso, inclusive el asunto del muro fronterizo y la inmigración ilegal a los Estados Unidos.

Los presidentes platicaron en privado durante 30 minutos en la oficina oval. Que se dijo ahí, solo ellos lo saben, pero todo indica que fue un encuentro sin tropiezos ni sobresaltos.

Desde luego que López Obrador no fue a la Casa Blanca a reclamar nada. Su intención estaba centrada en el T-MEC, instrumento comercial en el que ve como la salida para paliar la crisis económica de nuestro país.

Trascendió que López Obrador garantizó a empresarios estadounidenses que su gobierno está en la mejor disposición de favorecer y facilitar sus inversiones  en México.

¿Cómo interpretar esas palabras?, es que el gobierno de AMLO dará un giro en los temas de energía, en los petroleros y en otros en los que ha metido la mano para ahuyentar la inversión, como el caso de la cervecera en la Paz.

Lo que si está fuera de cualquier duda es que México necesita de la inversión extranjera, que permita la creación de empleos y el avance de nuestra economía, pero México tiene que garantizar primero las condiciones para ello.

El T-MEC es un instrumento que sin dudas podrá ser un coadyuvante para ello, pero el gobierno mexicano deberá mostrar que es un gobierno serio, que está dispuesto a respetar el marco de derecho y dar las garantías necesarias.

Si eso no ocurre, no habrá ningún tratado comercial que nos ayude y eso implica que nuestro mandatario vea más allá de las fronteras de ese país del que se precia, conoce centímetro a centímetro.

La visita de estado y el encuentro con Trump puede ser el inicio de eso precisamente, que López Obrador comience a entender que vivimos en un mundo global del cual no puede sustraerse.

Que lo relacionen con el proceso de sucesión presidencial de Estados Unidos, no tiene importancia, pues como buen político prefirió tener a Trump de su lado, porque en sus cuentas ve clara la reelección del actual gobierno.

Puede o no que tenga razón, porque el voto hispano tiene gran peso en los Estados Unidos y el hecho de que existan lazos estrechos entre los presidentes de México y Estados Unidos, en algo debe influir.

Sin embargo haría bien en mantener una vela más prendida y poner la mitad de los bollos en el horno de Joe Biden, el candidato demócrata que lleva 11 puntos arriba de Trump. Por si acaso le falla el cálculo.

En el tintero quedaron muchos temas, en especial migración, narcotráfico y seguridad, que si se comentaron, no se hicieron públicos, ni se incluyeron en el documento firmado por los presidentes en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca.

Por lo pronto Estados Unidos y México serán amigos por siempre…

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