jueves, abril 18, 2024

“Para el Doctor Zhivago siempre existirá la gloria”

Luis Alberto García / Moscú, Rusia

* Tardío reconocimiento a una obra inigualable.
* Premiado en 1957, se publicó en Rusia hasta 1989.
* Vladímir Nabókov criticó a Pasternak al verse desplazado.
* “Penosa, mediocre, artificiosa”, calificativos del autor de Lolita.
* Las mujeres y otras protagonistas se basaron en la realidad.

El hijo de Premio Nobel de Literatura de 1970, el poeta Yevgueni Pasternak, recibió el premio en nombre de su padre hasta 1989, debido a que en la Unión Soviética la novela se publicó por primera vez en 1988.
“Para el doctor Zhivago siempre existirá la gloria”, afirmó con certeza Yevgueni, tantos años después, en la etapa terminal del comuini8smo que había iniciado su curso en octubre de1917.
El suceso ocurrió al mediar la década de 1980 y entrar en vigor y dar inicio la Perestroika, en la misma revista —Novy Mir (‘Nuevo Mundo’ en ruso) —que en su día se negó a editarla, ante presiones de todo orden, principalmente las políticas emanadas del Kremlin.
Uno de los contemporáneos de Pasternak, el escritor ruso-estadounidense Vladímir Nabókov, emitió duras críticas contra la novela Doctor Zhivago, pues desplazó a su Lolita en las listas de prestigio y ventas de 1958.
Nabókov calificó la novela de “penosa, mediocre y artificiosa” y añadió que su escritura era “terrible”. “En mi opinión, es un libro exagerado y fatuo”, escribió en una carta a su amigo, el editor Richard Greenberg.
Los personajes femeninos de Zhivago, las mujeres a quienes amaba el protagonista, se inspiraron en modelos reales, como la esposa de Zhivago, Tonia Gromeko, que combinaba rasgos tanto de la primera mujer de Pasternak, la pintora Yevguenia Lurié, como de la segunda, la pianista Zinaida Neuhaus.
En cuanto a Lara, el personaje femenino más deslumbrante y notable de la novela, los expertos creen que el poeta logró reproducir en ella rasgos de ambas mujeres, pero sobre todo reflejó la figura de Olga Ivínskaia, la última amante del poeta, con quien no mantuvo una relación oficial.
Pasternak escribió en 1958 que Olga Ivínskaia, en efecto, era “la Lara de su obra, la personificación de la jovialidad y el espíritu de sacrificio”; pero en una entrevista concedida a un periodista inglés en 1959, el escritor declaró: “En mi juventud no hubo una única Lara… pero su sangre y su cárcel (la de Ivínskaia) evocan en mi corazón a la Lara de mi vejez”.
Olga Ivínskaia fue encarcelada dos veces a causa de su relación con Pasternak, hecho que supuso un duro golpe moral para él; sin embargo, ambos afirmaban haber sido felices esos 14 y el libro de memorias de Ivínskaia -Cautivos del tiempo- está lleno de alegría y brillo.
Pasternak mantuvo un ‘romance epistolar’ durante muchos años con otra gran poeta del siglo ХХ, Marina Tsvetáieva, en correspondencia entre ellos que comenzó en 1922, cuando Tsvetáieva se encontraba en el exilio, y se prolongó hasta 1935.
En ellas mantenían conversaciones francas sobre el arte, la poesía o su vida personal. La relación epistolar finalizó tras el encuentro de los dos en París en 1935, donde no llegaron a entenderse. Tsvetáieva lo bautizó como el ‘antiencuentro’.
Pasternak no solo es conocido como escritor y poeta, sino también como un maestro de la traducción poética a obras de Schiller, Shakespeare y del Fausto de Goethe, consideradas obras maestras y un auténtico tesoro de la literatura rusa, puesto que el escritor puso en ellas gran parte de su espíritu poético.
Durante años, Pasternak vivió con su familia en una dacha de la localidad de Peredélkino, cerca de Moscú; pero en 1984, 24 años después de la muerte del poeta, el gobierno confiscó la casa de campo.
Los enseres se tiraron literalmente a la calle y los amigos y parientes del poeta pudieron conservarlos a duras penas y en 1990, tras innumerables esfuerzos, la dacha se convirtió en un museo de culto, personalísimo, y los enseres regresaron a su sitio.
Actualmente, la nieta de Pasternak es la conservadora del museo que resguarda su fama, espíritu y memoria.

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