martes, mayo 13, 2025

Papa León XIV pertenece a congregación que no considera el aborto como homicidio

CIUDAD DEL VATICANO / SEMlac.- El nuevo Papa León XIV, con una fuerte formación misionera de la Orden de San Agustín, dirigió un saludo de paz en sus primeras palabras desde el balcón de la Plaza de San Pedro, en Roma. Agradeció al Papa Francisco y usó el español para saludar a Perú, país en el que comenzó su trabajo sacerdotal, al que volvió como obispo y donde pidió la nacionalidad en 2015.

El recién electo Papa fue misionero en Perú durante décadas, lo que le dio un enfoque cercano a las realidades sociales, pobreza y justicia eclesial en América Latina.

El Papa número 267 escogió como nombre León XIV. El último papa que llevó similar nombre fue León XIII, quien con un largo pontificado de 25 años, entre 1878 y 1903, fue conocido por su encíclica Rerum Novarum. En este documento, históricamente recordado como la doctrina social de la Iglesia, criticó las condiciones de esclavitud a las que sometían a los trabajadores de su tiempo.

Robert Francis Prevost Martínez nació en la ciudad de Chicago en Estados Unidos en 1955. En 1982 fue ordenado sacerdote y los agustinos lo enviaron a Perú, donde hizo su primera misión pastoral. Quedó tan impregnado del país que en el año 2015 obtuvo la nacionalidad peruana. Volvió a Estados Unidos por un tiempo, pero regresó al país andino.

Muy cercano al Papa Francisco, su nombramiento al frente del Dicasterio para los Obispos en 2023 confirma la plena confianza del Papa en él, ya que esta oficina tiene un papel clave en la selección de obispos en todo el mundo.

Se alinea con la línea pastoral de Francisco centrada en la misericordia, sinodalidad, escucha, cercanía al pueblo y sensibilidad social. Se le percibe como un administrador firme pero dialogante. Promueve un modelo de obispos más pastorales que políticos, siguiendo el ideal de “pastores con olor a oveja” propuesto por el Papa.

El nuevo Papa, como su antecesor Francisco, proviene de una congregación religiosa, la de San Agustín, de la que fue su superior general o prior en Chicago por 14 años, de 1999 a 2013. Además, entre 2013 y 2014 asumió como director de formación en el Convento de San Agustín en Chicago, así como Primer Consejero y Vicario de la Provincia de Nuestra Madre del Buen Consejo.

Una buena noticia para las mujeres es que los agustinos no consideran el aborto como un homicidio, de acuerdo con “Católicas por el derecho a decidir” (CDD). Esta organización de mujeres católicas, de larguísima trayectoria en América Latina, explica que, en los primeros seis siglos de cristiandad, en que la Iglesia era descentralizada y no existía una autoridad papal como la actual, no había una posición única.

Los teólogos más importantes, entre los que estaba San Agustín, argumentaban que el aborto no era un homicidio en las primeras etapas del embarazo, ya que consideraban que la persona como tal comienza en algún momento después de que el feto ha empezado a crecer (actualmente se plantea a partir de las 12 o 14 semanas de gestación).

Para otros, el aborto era un homicidio en cualquier momento y la mujer debía hacer penitencia como si hubiera cometido un homicidio, pues consideraban que en el momento de la concepción ya se inicia una vida humana con alma.

En palabras del propio San Agustín: “La pregunta sobre el alma no se decide apresuradamente con juicios no discutidos ni opiniones temerarias; según la ley, el acto del aborto no se considera homicidio porque aún no se puede decir que haya un alma viva en un cuerpo que carece de sensación ya que todavía no se ha formado la carne y no está dotada de sentidos”.

Durante la Edad Media, los documentos sobre las penitencias trataban el aborto como uno de muchos posibles actos pecaminosos, pero no se contaba entre los pecados más serios que se pudieran cometer y las penitencias variaban según las costumbres de cada lugar.

En este período, la mayoría de los teólogos aceptaba la teoría de la hominización retardada. Santo Tomás de Aquino sostenía esta posición y consideraba el aborto solo como un pecado contra el matrimonio. Para Santo Tomás, como el cuerpo y el alma se unen para formar un ser humano, no puede haber un alma humana en algo menos que en un cuerpo completamente humano, el feto en desarrollo no tiene la forma sustancial de la persona humana.

En 1588, el Papa Sixto V preocupado por la prostitución en Roma consideró que la aplicación de penas severas y rígidas al aborto disminuiría la incidencia de este pecado sexual. Publica la bula Effraenatum, que afirma que el aborto y la anticoncepción eran homicidios en cualquier período del embarazo, y eran tanto pecados mortales, como crímenes civiles. La penitencia impuesta era la excomunión y se aplicaba la pena civil máxima.

Posteriormente, una serie de corrientes de pensamiento en la medicina y en la propia Iglesia dieron mayor fuerza a esta tesis. Al combinarse con el creciente culto de la Inmaculada Concepción de María dieron lugar a la doctrina actual de la Iglesia católica, que mantuvo el Papa Francisco.

Magdybar León Torrealba señaló en un artículo en 2018 que no ha habido en la Iglesia católica una tradición clara y continua que haya considerado el aborto como homicidio a lo largo de toda su historia y aún no se han resuelto varios problemas teológicos.

Hoy en día existen muchas voces disidentes a lo interno de la propia Iglesia, como la monja y teóloga feminista brasilera Ivone Guevara, que se suman a la visión de San Agustín y de Santo Tomás de Aquino para abogar por el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, su reproducción y su sexualidad.

El 22 de febrero, las CDD de Argentina rezaban por el Papa Francisco y su pontificado, que el 13 de marzo cumplió 12 años. Aseguraban que la voz del jesuita argentino era una de las pocas del mundo que se había levantado a favor de los desposeídos en un mundo de injusticia, guerras y discursos de odio.

El Papa Francisco manifestó una voluntad de diálogo y apertura, denunció abusos eclesiales, condenó la barbarie en Gaza y llamó a cuidar la Casa Común frente a la crisis climática. Insistió en la necesidad de defender la justicia social y hasta habilitó espacios para construir nuevas miradas sobre la Iglesia católica.

El nuevo Papa León XIV llamó a construir puentes de paz, buscar la justicia y hacerlo sin miedo parece asegurar una continuidad a las enseñanzas del papa argentino de que los pastores de la Iglesia tienen que “estar en medio del pueblo, quererlo y acompañarlo, y muchas veces seguir su sentido de la fe y su modo de amar”.
AM.MX/fm


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