Sara Lovera
SemMéxico, Cd. de México, 7 de enero 2025.- Este año se cumplen 50 de la Primera Conferencia Mundial de la Mujer (México19 de junio al 2 de julio de 1974), que coincide con el nacimiento del nuevo movimiento feminista. Son cinco décadas donde las historiadoras feministas como Gabriela Cano, Ana Lau, Margarita de Orellana, Josefina Muriel, Enriqueta, Julia y Esperanza Tuñón Pablos, Carmen Ramos, entre muchas se encargaron de rescatar nuestra historia oculta en la historia oficial.
Hoy existen decenas o centenas de estudios y libros con la historiografía de las mexicanas, que reconstruyen la lucha feminista en el país, de las monjas rebeldes, con Sor Juana a la cabeza, a las colectivas feministas de hoy. Y es que todavía sorprende que Rita Cetina (1846) fuera quien impulsó en Yucatán la Siempre Viva, escuela para niñas donde aprendieron a ser libres. Su nombre se dio a las becas para la educación básica el pasado el 14 de octubre.
Qué pueden significar las hazañas de Juana Gutiérrez de Mendoza y Elisa Acuña o la acción diplomática sustantiva de Margarita Maza Parada compañera de Benito Juárez. Menos se dimensiona a Josefa Ortiz Téllez Girón, conocida como Josefa Ortiz de Domínguez destacada conspiradora independentista.
Habría que decir que con el poder que le da la presidencia de la República a Claudia Sheinbaum Pardo, todos los jueves desde su mañanera difunde una sección llamada “Mujeres en la historia”, donde ofrece una pequeña ficha de las mexicanas que han tenido un papel político o social, revolucionario o feminista en México, no siempre objetiva, y con frecuencia fundada en datos de los historiadores y no de las historiadoras feministas. Ya conocemos a más de 20 mujeres imprescindibles presentadas en 14 ocasiones desde el 3 de octubre.
Le llamamos pedagogía feminista, saber de personajes tan disruptivos como Margarita Robles, una mujer atrevida y altisonante o Hermila Galindo, que habló de la libertad del cuerpo, no sólo del voto, en las primeras décadas del siglo XX, o de las huelgas por conseguir ciudadanía 1911 o de la demanda de la ley del divorcio hecha en Las Violetas del Anáhuac revista dirigida por Laureana Wright.
Desde el 3 de octubre desfilaron cada semana estas mujeres, de Leona Vicario, la primera periodista mexicana a Las amotinadas de Miahuatlán, un centenar de mujeres que se organizaron en 1811 con palos, piedras y machetes, para rescatar a sus maridos e hijos alzados por la leva del ejército realista, hecho documentado por el historiador zacatecano Genaro García, pero no se habló cómo éste hombre del siglo XIX denunció la condición de las mexicanas desde una perspectiva feminista y organizó el centenario de la Independencia con un desfile de niñas.
Importante esta acción, ojalá no se tuerza por motivos políticos, que no oculte a mujeres históricas quienes definieron al autoritarismo y al patriarcado mexicano. Quiero ver los jueves explicar las razones de Amalia González Caballero para promover el primer Ateneo de las Mujeres y la urgencia de la reivindicación campesina de Concha Michel promotora del sindicato de músicos rurales o cómo fue la tarea divulgadora sobre el patriarcado de María Ríos Cárdenas o la lucha por el aborto de Mathilde Rodríguez Cabo (1936) o el significado de las abolicionistas que encabezó Consuelo Uranga. Quiero oír de las constructoras de la democracia en México y de las mujeres que denunciaron durante 100 años los abusos del poder. Si no es así, la pedagogía feminista de la presidenta de la República será una contradicción y puede convertirse en una patraña. Veremos.
*Periodista, Editora de Género en la OEM y directora del portal informativo http://www//semmexico.mx