martes, abril 29, 2025

Palabra de Antígona| Mainstream o moda popular

Sara Lovera

SemMéxico. Cd. de México. 29 de abril de 2025.- La semana pasada leí en redes sociales una frase impactante “lo que tenemos no es una democracia feminista, sino un patriarcado con mujeres dentro”, firmado por Mary Carmen Alanís Figueroa, ex magistrada del Tribunal Electoral, quien desmontó en breve conferencia el vaciado de la lucha histórica del feminismo donde más mujeres en el poder se ha convertido en mero discurso que rehúye a la democracia y al feminismo.

También escuché la reflexión de la doctora en Derecho, Andrea Arabella Ramírez Montes de Oca algo más inquietante, dijo que el feminismo en manos de gobiernos populistas banaliza e instrumentaliza la igualdad, individualiza el “empoderamiento” de las mujeres, fenómeno que llamó mainstream, corriente principal o moda. ¿Realmente llegamos todas?”.

Ambas participaron en el III Coloquio Internacional de Feminismo y Ciencia Política: Democracia y Representación, en la UNAM, un espacio donde finalmente intelectuales del feminismo están analizando qué pasa en el país, cómo llegamos a este momento, donde reina el mujerismo y no la propuesta feminista de transformación económica, política, social y de crítica al poder.

En este orden de ideas me topé con la aprobación en la Comisión de Igualdad de Género del dictamen de reforma al artículo 18 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, símbolos de contenido violento dice la doctora Marcela Lagarde y de los Ríos. Una corriente latinoamericana prefiere hablar de matria.

Se trata de una iniciativa presidencial donde Claudia Sheinbaum Pardo define su contenido como materia de reconocimiento a las mujeres que han transformado “nuestra patria” y que aprobará la Cámara de Diputados.

La iniciativa incluye en fechas cívico-conmemorativas los nombres de 24 mujeres, cinco prehispánicas, mujeres ejemplares, iniciativa para, “cumplir el compromiso de la igualdad sustantiva… y hacer congruente el calendario cívico con el tiempo de mujeres que estamos viviendo”. Omite que ese calendario en 2017 incluyó 33 efemérides de hechos y personas merecedoras de reconocimiento, hasta con la bandera a media asta; repite 16.

Es decir por todo lo alto vivimos tiempos de confusión entre dos importantes conceptos: feminismo y mujerismo, éste que Marta Lamas, pionera del movimiento feminista mexicano, ve como un obstáculo.
Lo digo en sus palabras: «El que haya un gran sector que siga hablando de mujeres, mujeres y sólo mujeres es una traba para un cambio conceptual que permita conectar a la mayoría de la gente con las reivindicaciones de la igualdad».

La confusión es sobre todo en mujeres jóvenes. Alanís Figueroa dijo que lo sucedido en la Cámara de Diputados sobre el desafuero de Cuauhtémoc Blanco Bravo es la evidencia de cómo se banaliza el sentido y profundidad de la filosofía feminista, encaminada a la transformación sin el cliché “el gobierno del pueblo”. La actitud de las diputadas oficialistas diluyó la lucha de siglos, el diálogo democrático, la sororidad, la empatía contra la violencia de género. Sólo fortaleció la desigualdad.

¿Por qué hablar solo de “las mujeres”, como si todas tuviéramos los mismos problemas, intereses y necesidades? La filósofa española Celia Amorós derriba la idea de “las idénticas”, porque esconde lo socio-político en un mundo donde es el poder patriarcal el sujeto a vencer, poder que afecta a toda la sociedad. El debate está en la mesa y las teóricas lo discuten afortunadamente, así como analizan la masificación del “yo soy feminista”, un vacío que en manos de los gobiernos es un instrumento político y clientelar. Por ello urge discutir con pensamiento crítico dejando de lado la banalización y el desencuentro. Somos como humanas mucho más que “A”. Veremos

*Periodista, editora de género en la OEM y directora del portal informativo semmexico.mx


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