jueves, marzo 28, 2024

OTRAS INQUISICIONES: TLCAN : ¿Benéfico para México?

Pablo Cabañas Díaz/
Carlos Salinas de Gortari, quien gobernó México entre 1988 y 1994, escribió en una entrada del blog del Centro para América Latina y el Caribe de la London School of Economics, del Reino Unido que a Estados Unidos le conviene reforzar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vez de desmontarlo, como pretende el presidente Donald Trump. De acuerdo con el expresidente mexicano, 7 millones de empleos en territorio estadounidense, y 3 millones en mexicano, dependen del intercambio comercial entre ambos países.
Durante su campaña presidencial, Donald Trump prometió renegociar el TLCAN, el cual incluye a su país  a México y Canadá, al que calificó como “uno de los peores” acuerdos comerciales de Estados Unidos. Asimismo, el republicano prometió impulsar la creación de empleos en Estados Unidos y evitar que México siguiera “robándole” empleos a su nación.
Omite señalar el ex presidente que antes de la adhesión formal de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT),  que se convirtió en la  Organización Mundial de Comercio, en 1986; y de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, México aplicó modelos proteccionistas, particularmente en el periodo post revolucionario, en los años 1940 se puso en marcha el modelo sustitutivo de importaciones que tuvo por objetivo evitar la importación de mercancías y de insumos, únicamente era permitido adquirir los bienes de capital para la producción nacional y dichos bienes eran importados con la intervención del gobierno, el objetivo fue la industrialización de México.
La prioridad asignada al desarrollo industrial provocó el rezago de la producción agropecuaria, la balanza comercial dejo de ser superavitaria por lo que el sector primario dejo de aportar divisas para financiar la industrialización, lo que ocasionó déficit total en la balanza comercial. No obstante, el crecimiento de las importaciones fue mayor al de las exportaciones. Con el ingreso y el TLCAN, se esperaba que fueran detonantes en el crecimiento de las exportaciones, pero el resultado se ha visto negativo para la demanda de mercancías y servicios hacia el exterior; con respecto a las importaciones, éstas muestran el crecimiento en una balanza comercial deficitaria para México.
Con las decisiones de apertura económica se observa que los efectos en términos generales, han sido con saldos negativos, sobre todo en el sector primario y los resultados se ven en los saldos de la balanza de pagos, específicamente en la cuenta corriente, lo que resulta muy perjudicial para la economía mexicana. Dentro de la nueva política comercial de México se instrumentó desde 1990 un nuevo programa de fomento a las exportaciones a través del sistema de devolución de impuestos, fundamentalmente el I.V.A. (impuesto al valor agregado), a empresas llamadas Altamente Exportadoras, (Altex); a este programa podrían acogerse aquellas que exportaran anualmente dos millones de dólares o 40% de su producción anual. A las empresas Pitex (Programa de Importación Temporal para Producir Artículos de Exportación) se les exenta de impuesto de importación e incluso de cuotas compensatorias si las hubiera, así como del iva. Deben exportar al menos 500 mil dólares o 10% de su producción anual. A las Empresas de Comercio Exterior (Ecex), el decreto les brinda la posibilidad de realizar sus transacciones de importación y exportación con tasa cero en iva y obtener el certificado de Altex o Pitex. Se requiere que tengan un capital social mínimo de 200,000 pesos y exporten mercancías a cuando menos cuatro o cinco empresas.
Es notable que las empresas extranjeras y la industria maquiladora de exportación sean y hayan sido, las más beneficiadas en México, ofreciendo dicha industria más desventajas que ventajas en cuestión de empleo y de salarios, los cuales son muy bajos. Vale la pena mencionar que el auge exportador fue muy halagador para el gobierno y los sectores empresariales, pero su resultado real ha sido un déficit en la balanza comercial y en la cuenta corriente. El desequilibrio tuvo que cubrirse con la inversión de cartera y con la inversión extranjera directa, que llevó a decisiones de reprivatizar empresas como la banca y algunos servicios y extensiones de tierra y playas. Estas son solamente algunas demostraciones del libre comercio.
La mayor apertura comercial pretendió la modernización y la competitividad de la economía mexicana para fomentar la exportación y resolver las necesidades de importación, con fuentes propias de financiamiento. La continuidad del cambio estructural, encabezado por la producción manufacturera para exportación, sería, en esta perspectiva, un elemento clave en la búsqueda de un aparato productivo autofinanciable en sus relaciones comerciales con el exterior. Sin embargo, los resultados y tendencias que mostró la economía nacional no llegaron a los propósitos planteados.

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