miércoles, abril 24, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Thomas Mann: Tuberculosis y literatura

Pablo Cabañas Díaz
En 1924, apareció la monumental obra de Thomas Mann “La montaña mágica. Más allá de sus méritos indudables, que hicieron merecedor a su autor del Premio Nobel de Literatura, la novela narra la historia del joven Hans Castorp y sus siete años pasados en el Sanatorium Berghof de Davos-Dorf -“la montaña mágica”- a causa de una tuberculosis pulmonar. Indudablemente que, como producto artístico original, la profundidad y alcances de su contenido no se pueden reducir a unos pocos temas que se dejen resumir en un par de líneas.
Aunque no se trata de profundizar ni en Thomas Mann ni en su biografía, de todos modos resulta conveniente recordar que su novela se gestó a raíz de la estadía de seis meses de su esposa Kathia en el Waldsanatorium de Davos-Dorf por una afección tuberculosa. Entre el 15 de mayo y junio de 1912 el escritor la visitó por tres semanas y, aunque a él también se le prescribió una cura formal por una inflamación pulmonar, a diferencia de Hans Castorp no aceptó y retornó a su hogar en Alemania. Diariamente intercambiaron impresiones marido y mujer sobre el Dr. Friedrich Jessen y su miríada de huéspedes de todas las nacionalidades y condiciones espirituales, tal como lo hicieron Hans y su primo Joachim Ziemßen a su llegada. Las innumerables cartas que se escribieron a continuación, aunque perdidas definitivamente, le permitieron obtener una visión, de primera fuente y desde el interior, de la vida en un Sanatorium destinado a una burguesía acomodada.
En el verano de 1913 comenzó su escritura, muy poco tiempo después de terminar su extraordinaria obra de muerte, belleza, arte y descomposición “La muerte en Venecia”  Mann tenía una fascinación por la muerte, el triunfo del embriagador desorden sobre una vida dedicada al orden más excelso, descrito en ‘La muerte en Venecia’, debía plasmarse en clave humorística”, dijo, y agregó “lo que ha aprendido a entender (Hans Castorp) es que toda salud superior tiene que pasar por la profunda experiencia de la enfermedad y la muerte (…). Hacia la vida, le dice en una ocasión Hans Castorp a Madame Chauchat, hacia la vida hay dos caminos: uno es el habitual, directo y formal. El otro es malo, lleva sobre la muerte, y ese es el camino genial. Esa concepción de la enfermedad y la muerte como un paso necesario hacia el saber, la salud y la vida, convierte ‘La montaña mágica’ en una novela de iniciación…”.Queda claro que toda la trama nace de su imaginación y poder creativo y supera con mucho sus experiencias reales.

Artículos relacionados