viernes, abril 19, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Rivalidades de la izquierda mexicana

Pablo Cabañas Díaz
Roger Bartra y Enrique Semo son dos destacados exponentes de la izquierda mexicana.  Tienen un punto en común : ambos provenían del exilio europeo en México, desatado por la emergencia del fascismo, la persecución política. Sus vidas han estado ligados a la política y a las pugnas que ha vivido la izquierda desde los años 60 del siglo pasado. En los tiempos de la Cuarta Transformación, Bartra en el primer capítulo de su libro, “Regreso a la jaula”, escribió con insidia contra Enrique Semo lo siguiente : “En los palacios, como se sabe, pululan los cortesanos en torno de los dignatarios, como los insectos alrededor de una lámpara”. Estas palabras son la respuesta a una conversación que en Palacio Nacional tuvieron Andrés Manuel López Obrador, siendo ya  presidente, y Enrique Semo. En la parte más insidiosa Bartra señala : “La historia que quiero contar tiene como actores al poderoso presidente y a uno de sus cortesanos”. Esta era la respuesta a la acusación que le hizo el presidente: “Intelectual del conservadurismo”.
Semo aduce que esas calumnias en su contra se deben a una reseña de Bartra publicada en la revista Letras Libres. “Dispuesto a hacer algunas aclaraciones, dice de su ex-compañero y alumno: él ingresó al Partido Comunista Mexicano (PCM) en 1961 -“antes que yo”- y desde entonces, hasta 1976-1977, cuando el Partido dejó de ser clandestino y se volvió legal, “nunca tuvo nada que decir”. Según Semo, Bartra: “militó muy tranquilamente en su célula” de la Escuela Nacional de Antropología donde estudiaba, pero “nunca fue muy activo políticamente” ni pretendió hacer política dentro del Partido: “era un militante marginal”. Francamente, “leyendo hoy a Bartra”, considero que “es el modelo del hombre que a raíz de la caída del socialismo realmente existente, se pasó al otro bando, pero quiere defender su figura de izquierda”. Él “trabaja una personalidad” de alguien que fue “crítico del Partido, de la Unión Soviética, del leninismo, toda su vida; cosa totalmente falsa”. Cada quien “hace de su vida lo que quiere”, pero no se debe “falsificar la historia de esa manera”.
La divergencia entre Semo y Bartra a propósito de una publicación del PCM, titulada: “Historia y Sociedad” es, en realidad, una divergencia más profunda sobre el socialismo sobre la izquierda. Seis décadas de un debate abierto son testimonio del compromiso y el distanciamiento de ambos intelectuales. “Vengo a contradecir”, escribió Semo a propósito de una entrevista a  Bartra, publicada en el décimo número de la revista “El Buscón”, en 1984, donde este último había propuesto hacer del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) un partido reformista : “Reformismo quiere decir a mi entender, realizar reformas que no modifiquen sustancialmente el sistema capitalista, pero que responden a los intereses de la mayoría trabajadora. El reformismo del que hablo se puede resumir así: “socialismo para hoy”. Bartra recién cumplidos sus 80 años, tienen una especie de nostalgia por el pasado reciente del país, el de las alianzas: el “Pacto por México”, el régimen político de los “contrapesos”, el del neoliberalismo a ultranza. Si tan sólo hubiera ganado el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), por quien él confesó haber votado en la elección del 2018, la situación sería distinta para él. “Yo voté por Anaya”.
Bartra en su vejez da conferencias y les enseña el ajedrez de las alianzas a los opositores de López Obrador, cree  que una coalición del PAN-PRI-PRD puede retornar al poder. “Ello significa una compleja y delicada red de alianzas, negociaciones y acuerdos. De la calidad de esta red dependerá la sobrevivencia del sistema democrático”, escribió en  “Regreso a la Jaula”. En su último libro, al final del capítulo nueve, pregunta: ¿el socialismo democrático ha muerto en México? Quisiera tener una respuesta optimista, pero no la encuentro”. Esto recuerda la célebre frase de Marx, cuando, en “El Capital”, escribió: “Hasta hoy no se ha inventado el arte de pescar en sitios donde no hay peces”; por ello mismo según Semo, Bartra no puede pescar a río revuelto: no encuentra el socialismo porque no existe más que en su discurso.

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