jueves, marzo 28, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Reforma energética: El fracaso del sexenio

Pablo Cabañas Díaz
Desde 2014, la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto ha caído. El político mexiquense , que siempre se ha definido como un pragmático, se fijó como la  meta de su mandato restaurar la preeminencia y autonomía del Estado frente a los poderes fácticos —incluido el crimen organizado— en un contexto democrático. Un objetivo muy ambicioso en el que los resultados a la vista muestran que fue un evidente y obvio  fracasó.
Lo prometió en la campaña e insistió durante toda su gestión que  con la reforma energética bajaría el precio del combustible en México y la liberalización de precios acabarían con los ya habituales “gasolinazos”. Pero arrancó 2017 y sucedió exactamente lo contrario. Un aumento de entre el 14 y el 20 por ciento –el mayor en 20 años– en el precio de la gasolina motivó saqueos, bloqueos en las rutas, marchas y enfrentamientos.
Promulgada en diciembre de 2013, la reforma energética fue el proyecto estratégico del sexenio. Por un lado, implicó que Pemex tuviera que  abandonar el monopolio de la explotación en el país.   En sí misma era una decisión controvertida, dado que la paraestatal había sido fundada en 1938,  y era un legado intocado del presidente Lázaro Cárdenas.  Por otro lado, la ley implicaba la llegada de otras empresas al país, la liberación paulatina de los derechos de importación y el retiro de los subsidios. Hoy existen 90 zonas con tarifas diferenciadas y una gran incertidumbre.
El aumento de los precios de la gasolina tuvo  un impacto poderoso en el bolsillo de los ciudadanos. De hecho, según un reporte de la agencia Bloomberg, los mexicanos son de los segundos en el mundo que mayor porcentaje de su sueldo (3.5 por ciento) gastan en gasolina. Además, el aumento ha sido  también indirecto, ya que el aumento de los combustibles impacta inevitablemente sobre todo el resto de las mercancías. En la década de los  años novent, el gobierno inició su política de subsidios al petróleo. La gran paradoja mexicana es que Pemex –– exportaba petróleo, pero importaba gasolina– dado que las refinerías en el país no daban abasto.
De hecho, México en 2016 fue el segundo importador mundial de gasolina, sólo detrás de Estados Unidos y por encima de países como Singapur, Corea del Sur u Holanda. Dado que el gobierno tenía el monopolio sobre el negocio del petróleo, era potestad del Ejecutivo anunciar periódicamente los precios de la gasolina. Peña Nieto se mostró orgulloso de su plan de quitar subsidios lo explicó como una medida a favor del medio ambiente. Sin embargo, el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe,  asegura que la reforma energética “es en beneficio de las empresas petroleras que tendrán oportunidad de generar ganancias a su favor”.”En materia ambiental es particularmente dañina porque permite e incrementa la inversión en extracción tanto de combustibles fósiles convencionales como de petróleo en aguas profundas y no convencionales como el shale gas”.
Un ejemplo del resultado de esta reforma en la población se pudo observar en marzo de 2018, José Antonio Meade el candidato de Peña Nieto  fue abucheado y recibió chiflidos y mentadas de madre luego de que intentara defender el “gasolinazo” de 2017.  Muchos se mantuvieron silenciosos y fríos, otros abandonaron el recinto.  La presentación de Meade era el broche de oro del evento de Omnilife en el Estadio Akron de Guadalajara, Jalisco. Ahí, con Jorge Vergara, dueño y director de la empresa, Meade quizo hacer el salto mortal: defender el gasolinazo. Apenas trató de justificar el incremento de precios con los mismos argumentos que usara Peña Nieto en enero del 2017, y la gente empezó a chiflar, a mentarle la madre y a gritarle “¡Fuera!, ¡fuera!” Otros, simple y sencillamente, se levantaron y se fueron del estadio que, con trabajos, estaba a un tercio de su capacidad. Vergara, como maestro sustituto de secundaria, intentó callar a sus empleados pidiéndoles orden y que lo dejaran hablar, pero el daño ya estaba hecho. Meade con trabajos terminó sus argumentos, agradeció y se volvió a sentar.

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