Pablo Cabañas Díaz.
Andrés Serra Rojas (1904-2001), ingresó en 1919, en la Escuela Nacional Preparatoria, en 1928 se titula como licenciado en derecho en la entonces Escuela Nacional de Jurisprudencia de nuestra máxima Casa de Estudios. Entre los múltiples cargos desempeñados a lo largo de su vida podemos mencionar los siguientes: profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional, director general de Bienes Nacionales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; abogado consultor especializado en la Comisión de Estudios de la Secretaría de Gobernación; agente del Ministerio Público de la Procuraduría General de la República; agente del Ministerio Público de la Procuraduría General del Distrito y Territorios Federales.
Fue secretario del Trabajo de 1946 a 1948 durante la presidencia de Miguel Alemán. En su labor como legislador, propuso diversas iniciativas de ley y de reforma tales como el voto a los jóvenes de dieciocho años, el voto a la mujer y el reconocimiento a los partidos políticos, la ley de profesiones, la reforma al artículo 115 respecto al municipio.
Tuvo una vida académica de gran relevancia. Sus maestros fueron: Antonio Caso, José Vasconcelos y naturalmente Alfonso Reyes, Manuel Gómez Morín, Narciso Bassols y Gabino Fraga. Entre sus alumnos hubo presidentes de la República, secretarios de Estado, gobernadores, ministros de la Suprema Corte, jueces, diputados, senadores y toda una legión de investigadores en materia económica, política y social, con quienes mantuvo una constante relación de intercambio y colaboración. “El ideal mayor de mi vida es mi patria; he sufrido y sigo sufriendo amargamente todos los grandes problemas que nos dominan. Me lastiman los errores de nuestros gobernantes, me inquieta la limitación del proceso educativo de México y por supuesto los grandes problemas económicos que parecen insuperables”, refirió durante una entrevista.
En reconocimiento a su labor docente, su brillante trayectoria como profesional y ejemplo de superación, Serra Rojas se hizo acreedor a diversas distinciones a lo largo de su vida, señalaremos solamente algunas: Doctor en Derecho ex-Oficio en 1950; en 1952 lo nombró profesor emérito la Facultad de Derecho, y en 1979 le otorgó el grado de Doctor honoris causa. En 1964 recibió la Gran Cruz de la Orden de Honor Forense y el Diploma Cum Laude del Heroico Colegio Militar; en 1970 le entregaron la presea Jorge Sánchez Cordero de la Facultad de Derecho de la UNAM; en 1972 recibió La Gran Cruz al Mérito Legislativo; en 1981 es nombrado miembro de honor del Consejo de la Legión de Honor Nacional; en 1982 recibió la Medalla al Mérito Político Plutarco Elías Calles del Partido Revolucionario Institucional. En 1986 le fue otorgada la Presea de la Procuraduría General de la República por la Obra Jurídica Mexicana; en 1989 recibió la Medalla José María Morelos y Pavón del Instituto Nacional de Administración Pública y en 1990 el Senado de la República le otorga la Medalla Belisario Domínguez.
Nunca quiso dejar de ser universitario por considerar a la Universidad como el alma espiritual de nuestro país, “la fuente perenne del conocimiento científico y franco”. Expresaba el maestro: “Lo que será México en el futuro depende en su mayor parte del trabajo patriótico de los universitarios, porque la Universidad, además de ser el alma mater de la cultura mexicana, será siempre la fuente inequívoca de donde emane el pensamiento rector de la futura sociedad mexicana“.