Pablo Cabañas Díaz
Parece increíble que el diputado poblano del PRI, Pablo Fernández del Campo espere el aplauso del público cuando muestra su menospreció a los ciudadanos asaltados en rutas del transporte público, esto al decir que los ladrones de lo ajeno solo les “roban cosas baratas y unos cuantos pesos”. Durante su ponencia titulada “Hacia un transporte público eficiente e integral”, en un evento denominado Smart City Latam Congress, que tuvo lugar en el Centro Expositor de Puebla el legislador dijo que “los usuarios del transporte público solo portan cosas elementales como una cartera o dispositivos móviles que no resultan verdaderamente caros”. Y como era de esperarse, defendió a las autoridades al decir que “los asaltos no son culpa del gobierno sino de una realidad social que se vive”.
Fernández del Campo discrimina explícitamente a las personas de menores ingresos cuando asevera : “¡Qué puede llevar una persona en México que se traslada en transporte público! Quizás unos cuantos pesos en la cartera, un dispositivo móvil, cosas básicas y elementales y baratas”. Con esta elemental elocuencia se ejemplifica como en México persiste la discriminación . El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) ha advertido que el racismo es una práctica que no ha podido ser erradicada de nuestro país. Muestra de ello es que seis de cada diez mexicanos están conscientes de que se insulta a la gente por su condición social, mientras que cuatro de cada diez opinan que se trata a las personas de forma distinta simplemente por eso.
El diputado discrimina cuando menoscaba el reconocimiento, goce o ejercicio, de los derechos humanos y libertades fundamentales en la vida pública. De acuerdo con el Conapred, aunque la discriminación racial en México involucra también a personas y grupos de personas cuyos rasgos son relacionados con grupos de condición social de bajos ingresos.
En un documento informativo sobre la discriminación racial, el Conapred advierte que las consecuencias de mantener una sociedad discriminatoria son tan graves que México nunca podrá contar con los índices de desarrollo humano suficientes para que cada ciudadano pueda lograr sus planes de vida.
Para combatir el racismo y la discriminación, la Organización de Naciones Unidas adoptó en 1965 la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación. La Convención fue firmada por México el 1 de noviembre de 1966 y ratificada el 20 de febrero de 1975.