Pablo Cabañas Díaz
En 1971, Luis González de Alba publica la novela “Los días y los años”, el primer texto redactado por uno de los líderes que participaron en las manifestaciones estudiantiles de 1968, en México. Pocas semanas después aparece en la misma editorial, Era, aparece otro texto fundamental para la comprensión de los acontecimientos, “La noche de Tlatelolco”, en que Elena Poniatowska recopila una serie de testimonios acerca de la matanza del 2 de octubre de 1968, entre los cuales figura el de González de Alba, a quien entrevistó cuando se encontraba en la cárcel de Lecumberri. Hubo un diferendo que opuso a ambos escritores en 1998, y que fue ganado por González De Alba, lo que obligó a Poniatowska a modificar su libro y formular al año siguiente una edición corregida de “La noche de Tlatelolco”.
El rencor de González de Alba se debía a que, según él, Poniatowska hacía aparecer en “La noche de Tlatelolco” a su hermano como una víctima más del 68. Desmintió a la autora, quien dedicó su obra a su hermano fallecido. Por años, González de Alba, sostuvo una serie de incesantes agravios contra la escritora hasta el punto de dedicarle una gran parte de la última columna que publicó en el periódico “Milenio” el día en que se suicidó, el 2 de octubre de 2016.
En total, Poniatowska tomó más de 500 líneas de la obra de su entonces amigo. Él nunca la demandó por plagio ni por fraude, sino por alteración del contenido, lo que obligó a la escritora a corregir los párrafos tomados de su obra.“Los días y los años”, abren al lector a los aspectos más triviales que definen la cotidianidad de los presos, de sus conversaciones y obligaciones en el penal , y muestra cómo éstos siguen luchando y afirmando un compromiso ideológico desde el encierro, como lo atestigua la huelga del hambre con la cual se abre la novela. Este texto constituye un documento de primera importancia para el acercamiento a los acontecimientos de 1968. Su valor, va más allá de un episodio histórico es un cuestionamiento sobre el poder.