jueves, abril 18, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Pemex : Impunidad y poder

Pablo Cabañas Díaz

Durante décadas, una de las palabras más empleadas para aludir a Petróleos Mexicanos (Pemex)  ha sido corrupción. La enorme cantidad de dinero que pasa por las cajas de la dependencia, el poder del sindicato y la complicidad de sus líderes, ha dado pie a innumerables casos que pocas veces han sido sancionados. Para muchos mexicanos era conocido que el ingreso a las filas de Pemex en un alto nivel  significaba llegar a la región donde nada estaba vedado.

 

Un hecho documentado de corrupción impune, tuvo lugar el 15 de febrero de 2014,  ese día Pemex asignó  a la empresa brasileña Odebrecht en forma directa un primer contrato en Tula por mil 436 millones de pesos para la obra de adecuación de plataformas y terrenos para la reconfiguración de una refinería que se tenía programada construir . Nueve meses después, el 20 de noviembre de 2014, otorgó una primera ampliación a esa misma obra, por 358 millones 230 mil pesos. Estaba previsto que la obra concluyera en agosto de 2015, y en ese lapso Pemex autorizó un segundo pago adicional por otros 879 millones de pesos. En total, el monto de este contrato se elevó a 2 mil 315 millones de pesos. Lo anterior representó un sobrecosto de 61% respecto al presupuesto original.

 

A los 2 mil 315 millones de pesos  se le sumó el 16 de noviembre de 2015, otra asignación directa de Pemex en Tula a la cosntructora  Odebrecht. Esa vez el contrato fue por mil 939 millones de pesos para supuestamente construir accesos y obras externas a la refinería. Este contrato fue firmado por Gustavo Escobar, encargado de la dirección corporativa de Procura y Abastecimiento de Pemex, y por Marcelo Da Fonseca, gerente administrativo de Odebrecht, según se pudo comprobar, pese a que el documento que ha hecho público el gobierno federal tiene censurados los nombres de los involucrados.

 

La firma se realizó ante Luis Weyll, quien durante siete años se desempeñó como director de Odebrecht en México. También atestiguaron la asignación tres altos funcionarios de Pemex: el director de producción, Miguel Tame; el director de proyectos, Leonardo Cornejo, y Alejandro Martínez Sibaja, director general de Transformación Industrial.

 

Justo en el lapso en que se dieron esas ampliaciones en Tula, Odebrecht pagó sobornos en México, según han confesado ejecutivos de la constructora. En el caso judicial que se sigue en Estados Unidos, los ejecutivos revelaron que entre diciembre de 2013 y finales de 2014, la División de Operaciones Estructuradas (conocido como el departamento de sobornos de Odebrecht) pagó seis millones de dólares a funcionarios mexicanos, cuya identidad a la fecha  no ha sido revelada.

 

Al destaparse el escándalo de corrupción de la compañía Odebrecht en varios países las miradas en México voltearon a la gestión de Emilio Lozoya en Pemex, ya que los pagos ilegales de la empresa brasileña sucedieron durante el tiempo en que era director general. Al darse a conocer este caso en América Latina, Pemex  aparentemente inició una investigación interna para analizar los contratos para determinar quiénes  eran los funcionarios involucrados. A la fecha estos hechos se archivaron, y tal parece que pasaron a la larga lista de actos  impunes  de la administración de Enrique Peña Nieto.

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