Pablo Cabañas Díaz
En Nuestros años verde olivo (1999), el escritor chileno Roberto Ampuero ofrece una obra que trasciende la mera narración autobiográfica para convertirse en una poderosa reflexión sobre la pérdida de las utopías revolucionarias en América Latina.
El texto, a medio camino entre la novela de formación y el testimonio político, expone el proceso de desencanto ideológico del propio autor, quien en su juventud abrazó con fervor los ideales socialistas, primero desde la seguridad académica de la Alemania Oriental y luego desde el corazón mismo de la Revolución Cubana.
A través de una prosa clara, directa y por momentos cargada de ironía, Ampuero narra su tránsito de joven idealista a observador crítico del régimen castrista. El título de la novela —Nuestros años verde olivo— encierra un simbolismo doble: por un lado, remite a la frescura y esperanza de la juventud; por otro, al uniforme verde olivo del ejército revolucionario cubano, emblema de una ideología que prometía justicia social y terminó por imponer un sistema autoritario y represivo.
Uno de los ejes temáticos más potentes de la obra es la confrontación entre la utopía y la realidad. El autor describe con lucidez cómo los ideales revolucionarios —libertad, igualdad, solidaridad— se desdibujan ante una cotidianidad marcada por la escasez, la vigilancia constante, la burocracia y la represión.
La Cuba que Ampuero retrata está muy lejos de la imagen heroica difundida en los círculos intelectuales de izquierda latinoamericana: es una sociedad rígida, controlada y profundamente desigual, donde el discurso revolucionario sirve más como instrumento de control que como camino hacia la emancipación.
El testimonio cobra especial valor por provenir de alguien que vivió desde dentro la experiencia socialista. A diferencia de las críticas externas al régimen cubano, Ampuero ofrece una mirada íntima, marcada por la desilusión, pero también por la autocrítica.
No se trata de un ajuste de cuentas ideológico, sino de una exploración honesta del proceso de maduración política de un joven que, como muchos de su generación, soñó con una revolución redentora. En este sentido, el libro es también un retrato generacional, que habla de los exilios forzados, de la búsqueda de identidad y de las contradicciones entre los ideales y las prácticas políticas.
La honestidad intelectual de Ampuero al reconocer sus errores juveniles y su valentía al criticar un régimen que muchos aún defienden ciegamente, convierten este libro en una obra de referencia para quienes desean entender las complejidades del pensamiento político en América Latina durante el siglo XX. Como señala el propio autor: “Uno no abandona la utopía; la utopía lo abandona a uno.” Esta frase resume con crudeza el sentimiento de quienes, tras haber creído en la posibilidad de un mundo mejor, se enfrentan a la decepción de ver cómo esa promesa se desvanece bajo el peso del autoritarismo y la realidad.
Nuestros años verde olivo es mucho más que una memoria personal, es una reflexión necesaria sobre los peligros del dogmatismo, la importancia de la libertad individual y la necesidad de pensar la política desde la ética y la experiencia, y no desde los slogans. Ampuero no solo escribe su historia; interpela a toda una generación para que repiense críticamente los íconos y las narrativas que han moldeado la historia reciente de América Latina.