viernes, abril 19, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Naufragio sexenal (Primera parte)

Pablo Cabañas Díaz/
Al iniciar su presidencia, Enrique Peña Nieto (2012-2018) tenía como  prioridad dejar atrás el diseño institucional que  había tenido el PAN, entre el año 2000 y el 2012, que  no aportaba los incentivos necesarios para que el Poder Legislativo  tuviera una buena relación  con el Poder Ejecutivo.
Desde  1997, existía en México una relación marcada por el cálculo político y la falta de consenso. En el Congreso de la Unión, el debate entre 1997 y 2012, versaba sobre cuáles eran las reformas necesarias, así como sobre  el contenido concreto para poder  realizarlas. Es en este contexto en el que Enrique Peña Nieto signa el Pacto por México el dos de diciembre de 2012.
Las presiones se convirtieron en expectativas. Así, el 12 de marzo de  2012, la cadena estadounidense CNN titulaba una nota : “México, una potencia global”.  En ese artículo, el banco Goldman Sachs  preveía que México  se convertiría en  la séptima economía global,  cuyo  aporte sería del orden  del 7.8% del PIB mundial en el 2020. Enseguida, se sugería  la receta para llegar a ese paraíso: reformar al sector energético . A estas “expectativas” se sumó la revista  The Economist, y los periódicos  Financial Times,  New York Times, Wall Strett Journal y El País. Incluso, la revista Forbes inició la publicación de su  edición mexicana,  con una inversión de cuatro millones de dólares.
El 18 junio de 2014, The Wall Street Journal anunció que tres funcionarios de alto nivel del gobierno federal, aseguraban que el proyecto presidencial de reforma energética buscaría que las compañías privadas compartieran los riesgos de desarrollar reservas petroleras cada vez más complejas. En la misma fecha, el Financial Times difundió un texto en el que presidente Peña Nieto, en propia voz, se manifestaba confiado de que la enmienda energética sería “transformacional” y que incluiría “los cambios constitucionales necesarios para dar a los inversionistas privados certidumbre”. En la misma publicación del referido diario británico, Peña Nieto enmarcaba la que sería su propuesta dentro del Pacto por México y resaltaba que más que lograr unanimidad en “la democracia se trata de respetar a la mayoría”.
El 18  de octubre de 2011,  el Financial Times informó que Enrique Peña Nieto estaba dispuesto a “abrir” a  la más importante empresa paraestatal del Estado mexicano, Petróleos Mexicanos (Pemex).

Esto en base a declaraciones del propio Peña Nieto citadas por el FT. Según estas declaraciones, Peña Nieto consideraba que México había sido “rehén” de una ideología que había disminuido el “dinamismo” del sector energético.
Peña Nieto fue enfático al señalar que Pemex: “puede lograr más, crecer más y hacer más mediante alianzas con el sector privado.”

Agregaba, el Financial Times, que si bien Peña Nieto se negó a dar datos específicos sobre la privatización de Pemex, sí dijo que México debería examinar mecanismos usados en varios países para liberalizar el sector petrolero.

”Diferentes mecanismos podrían ser explorados para asegurar el involucramiento del sector privado en su alianza con Pemex… Brasil es un ejemplo”, expresó el presidente.

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