viernes, marzo 29, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Meade: Expectativas y realidad

Pablo Cabañas Díaz
En diciembre de 2017 los élite de la administración pública federal estaban muy contentos con el periódico británico de Financial Times, que pronosticaba según dicho y parecer que las elecciones de julio para la renovación de la Presidencia de la República, las ganaría José Antonio Meade, el candidato del PRI que no es priista. En febrero de 2018, ante el peligro de perderlo todo, el PRI invertirá lo que sea necesario, en un candidato que no está levantando en la precampaña, y que lo que más vende, es su paso por tres administraciones federales. Hasta ahora, Meade más que mostrar ser un líder, ha confirmado su calidad de burócrata de alto nivel.

El priista que no es priista o que no quiere que lo vean como priista, que contiende por la presidencia como candidato de la coalición “Todos por México”, hubo que armarle un equipo de campaña con propios y extraños: están algunos de sus colaboradores más cercanos en la administración pública, ex compañeros universitarios cercanos, ex funcionarios del gobierno federal y hasta el ex panista Javier Lozano, con quien compartió gabinete en la administración de Felipe Calderón. De todas partes ha echado mano Meade y su grupo político para formar el equipo que lo acompaña hacia la elección presidencial de 2018.

Es un equipo al que de manera petulante llaman “multidisciplinario”, y que se distingue más por su trayectoria en la administración pública que por su militancia en el PRI. Los resultados de este equipo los pudo observar la periodista Peniley Ramírez quien señalaba el pasado 24 de enero la aguda crisis que experimenta Meade en su trabajo cotidiano :– “¿Quieres confirmar que la campaña es un caos? Mira cuántos logotipos hay –me dijo a condición de anonimato uno de los colaboradores, con un gesto de frustración y tristeza. Se refería a la campaña de José Antonio Meade con el PRI, el Verde y Nueva Alianza a la Presidencia de México. Conté los que han aparecido desde diciembre, cuando fue anunciada la precandidatura, en anuncios, fotos y eventos, registrados en la página oficial de Meade en Facebook. Usé este método para estar segura de que sí, la campaña sabe que se usaron. El resultado fue la confirmación de que, hasta ahora, en un mes y medio han usado siete logotipos distintos para identificar al mismo candidato, en la misma precampaña”.

Doce días después de que apareció el artículo de Peniley Ramírez, Meade sigue con su “mantra” de que su campaña es la que tiene más posibilidades de crecer. La declaración de “fe·” no se le puede llamar de otra forma, surge luego de que el precandidato tricolor apareciera en tercer lugar en la encuesta realizada por El Financiero y de la empresa Parametría Reuters . Cuestionado en la ciudad de Monterrey, sobre los malos resultados mostrados en las encuestas, el ex secretario de Hacienda respondió: “La campaña que tiene más posibilidades de crecer es la nuestra. Yo soy economista y dándoles un consejo -que no me están pidiendo en materia accionaria-: siempre compren acciones que tiene la posibilidad de crecer, porque esas son las que van a ganar”. Al margen de la “fe” que pueda tener Meade y algunos de sus seguidores es obvio que las cosas no van bien.

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