jueves, marzo 28, 2024

OTRAS INQUISICIONES: “Marcos”, “Galeano” y sus “maestros”

Pablo Cabañas Díaz.
En el otoño de 1977, después de aprobar el bachillerato en Tampico, y antes de su ingreso en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. El ahora Subcomandante “Galeano” ―antes Subcomandante Insurgente “Marcos”, Rafael Sebastián Guillén Vicente, decide efectuar sendas temporadas en Europa, en varias ciudades de España y en París. El futuro subcomandante se propone en esa época, perfeccionar el francés en la Alianza francesa; pero en realidad lo que desea, a sus veinte años, es impregnarse de la atmósfera intelectual candente y apasionada que persiste en París después del mayo de 1968. Según cuenta Ramón Chao padre del cantante Manu, con quien, concurría “Marcos” a las terrazas de los cafés de la calle Mouffetard y la plaza Contrescarpe. Recorre los lugares habitados por la Revolución francesa y por la Comuna, asiste a cursos en la Sorbona, visita la Escuela Normal de la calle de Ulm y va a los cursos del Colegio de Francia. Lee también con sumo interés a Louis Althusser.
Ramón Chao, también conoció a Cesáreo Morales, su director de tesis en México, quien acababa de regresar de París, donde había estudiado con Louis Althusser y de quien se consideraba su discípulo. Otro personaje que tendrá influencia con “Marcos” es Alberto Híjar, profesor de estética, el primero que en México difundió las ideas de Althusser. Conoce también al economista Adolfo Orive, quien tenía una buena relación con Carlos Salinas y Manuel Camacho. Orive, en París, fue discípulo del famoso economista Charles Bettelheim, En su larga trayectoria, Orive ha brillado poco públicamente. Es discreto, rechaza por regla general las entrevistas. Orive se mantuvo oculto, sin apartarse del principio básico del maoísmo, que los ideólogos, estrategas y tácticos de un movimiento, nunca lo asuman formalmente
Alberto Híjar y Cesáreo Morales fueron piezas claves en la formación de “Marcos”. Comencemos por Morales, quien estudió en Francia con Althusser, donde obtuvo su doctorado. Desarrolló una carrera académica, escribió los primeros textos sobre Michel Foucault en México e introdujo la obra de Jacques Derrida. Pero al margen de esa carrera académica Morales tuvo un hermano ligado al narcotráfico, que posteriormente fue asesinado en un ajuste de cuentas. Cesáreo y su hermano intentaron inyectar en -1988 medio millón de dólares en el periódico “La Jornada” pero su director, Carlos Payán, rechazó la oferta, por considerar dudoso su origen.
De Alberto Híjar, queda la duda sobre cuál fue su papel como tío político de Carlos Ahumada, si como dio a conocer en su momento el exdelegado en Tlalpan, Gilberto López y Rivas, ¿acompañó a éste para reclamarle a la delegación por entrometerse en un terreno que disputaban los comuneros de Topilejo y del que fueron despojados.
López y Rivas no aceptó tratos que permitieran al empresario continuar con la apropiación indebida de la tierra ejidal de los comuneros del pueblo de San Andrés Topilejo. Luego de esta acción, Ahumada Kurtz acusó al ex funcionario de ejercer represalias en su contra.
López y Rivas aclaró que no había ningún contrato de obras ni relación con Ahumada, inclusive sostuvo que se presentaron sendas demandas contra el empresario por supuesta invasión de propiedad, “que Ahumada bardeó indebidamente”, y por la utilización de recursos públicos para fines particulares, en este caso, la construcción de propiedades del empresario y su esposa Cecilia Gurza. La única reunión que López y Rivas mantuvo con Ahumada, cuenta, se dio porque este último llegó a las oficinas delegacionales acompañado por sus abogados y Alberto Híjar -activista de izquierda-, pero la reunión explica López y Rivas  “terminó de forma muy agria cuando lo llamé neocacique”.

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