Pablo Cabañas Díaz.
“Los Caifanes”, cumple 55 años de haberse filmado, fue dirigida y escrita por Juan Ibáñez en coautoría con Carlos Fuentes. Actúan Julissa (Paloma), Enrique Álvarez Félix (Jaime de Anda), Sergio Jiménez (Capitán Gato), Óscar Chávez (El Estilos), Ernesto Gómez Cruz (El Azteca) y Eduardo López Rojas (El Mazacote). Solo quedan vivos de ese reparto: Julissa y Gómez Cruz.
Los créditos de la película son ilustrados con primeros planos de los rostros de hombres y mujeres del cabaret siglo XXI que estaba en la esquina de la avenida San Juan Letrán hoy Eje Central Lázaro Cárdenas y Fray Servando Teresa de Mier. La temática que aborda: retrata a la clase alta mexicana de la década de los años sesenta y los caifanes.
Los Caifanes es una crónica de dos mundos que viven cerca pero que rara vez se ven, son mundos ajenos e irreconciliables, separados por fronteras infranqueables; tan inentendible es el inglés de la pareja de la clase alta para unos, como los albures de los cuatro mecánicos, es una historia de aquellos que se la tienen que jugar todos los días, que conviven a diario con la muerte y sus peligros.
La película, pretendían elevar el valor artístico y comercial del cine mexicano, destilaba una narrativa que ve directamente a las vanguardias que en ese momento dominaban la cinematografía europea, concretamente la Nueva Ola Francesa. La película tuvo un escaso presupuesto un intenso trabajo de rodaje que duró seis semanas –detenido en innumerables ocasiones por el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC) y la Asociación Nacional de Actores (ANDA)–, la terquedad de Juan Ibáñez y su equipo se impuso. Fue un éxito de cartelera que duró siete semanas, y como escribió mi maestro Emilio García Riera en un texto de la época, “una lección a los viejos anquilosados del cine mexicano”. Los Caifanes dejó en el pasado las comedias, dramas y musicales rancheros que idealizaban el pasado rural de México, o los temas citadinos con mujeres víctimas de sus propios pecados. La vida urbana empezaba a ganar preponderancia en el cine, también por vez primera incursionan actores de la escuela de Bellas Artes, y los escritores trabajaban como guionistas y argumentistas, y por vez primera el cine nacional se abrió a los temas sexuales, sociales y políticos que resultan vigentes hasta nuestros días.
La película, fue realizada por Cinematográfica Marte, productora de Mauricio Wallerstein y Juan Fernando Pérez Gavilán –que lanzaría a una nueva generación de realizadores como Manuel Michel, Tito Novaro, José Estrada, Alberto Mariscal, Salomón Laiter o Jorge Fons. Esta película en su momento reflejó la ruptura cultural política, social y cinematográfica con la generación que le precedió. También prefiguraba los cambios culturales que un año después condujeron a las protestas estudiantiles y a su represión en Tlatelolco.