miércoles, diciembre 4, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Javier Sicilia: Profeta de la derecha

Pablo Cabañas Díaz

El último desencuentro entre Andrés Manuel López Obrador y Javier Sicilia fue el pasado 18 de noviembre, cuando el presidente  aseguró que no tenía tiempo de recibirlo. “Lo puede atender la secretaria de Gobernación o Alejandro Encinas, que es el subsecretario de Derechos Humanos porque, así como él tiene derecho a manifestarse y ser recibido, yo tengo muchas actividades; tengo que administrar mi tiempo, que es de todos, entonces imagínense que voy a estar esperando aquí y la prensa conservadora ‘fifí’ y nuestros adversarios dándose vuelo”, expresó el gobernante. Estas expresiones del presidente fueron  luego de que Sicilia le enviara una carta donde le avisaba que marcharía a Palacio Nacional para exigir la pacificación del país.

La actitud de Sicilia no es nueva, en repetidas ocasiones ha señalado que él siente “el llamado profético”. Incluso compara a los poetas con los profetas, pues presume, que tiene un conocimiento casi sobrenatural de las cosas. Sicilia, es un seguidor desde joven de Gandhi, el “inventor de la figura del político como hombre santo.”.

En 1991, Sicilia publicó la novela El Bautista (1991), cuyo argumento gira en torno a que el profetismo les es impuesto a los profetas por la divinidad, aún en contra de su voluntad; y en 2009 afirmó que Samuel Ruiz, el obispo de Chiapas, era “un profeta” que operaba como un contrapoder que no representaba a personas, ideologías o a la iglesia, sino “a Dios”.

Sicilia  se concibe a si mismo “como un nuevo Noé”. Además  parece convencido de que él porta los dolores de todos, y así asume una representación que le permite hablar por todas las víctimas.

El mismo Sicilia narró al periodista Emiliano Ruiz que a los pocos días del asesinato de  su hijo fue a ver al entonces presidente Felipe  Calderón y en privado, le dijo: “Ya que somos de la misma secta, que es la Iglesia católica, que mamamos del mismo pecho, que es el evangelio, quiero decirte que vine como Nathan a ver a David”. Nathan es el profeta y David es el rey.

Sicilia justificó muchas veces a Calderón “tiene autocrítica”, “reconoció que se ha equivocado”, y aunque “no va a cambiar, porque para él [la guerra] es la forma de enfrentar (al narcotráfico) […] no le carguemos la responsabilidad a él”.

Con la misma estrategia de “golpear la conciencia” de los políticos y “tocarles el corazón”, Sicilia abrazó y besó al presidente Calderón, a Manlio Fabio Beltrones del PRI y a los candidatos presidenciales de 2012. Esto fue severamente criticado, incluso por muchos de sus simpatizantes. Interrogado sobre el asunto, dijo Sicilia:

Perdonó a Calderón: “Lo perdono en nombre mío. Soy una víctima. Las otras víctimas tendrán su palabra”. Hoy, Sicilia es el profeta de la derecha que inicia su lucha contra la Cuarta Transformación.

Redacción/dsc
Redacción/dsc
Periodista en crecimiento; siempre buscando algo que contar.

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